Un poco de ayuda (Hannah)

Habian pasado muchisimos dias desde que habia ingresado nuestro espia en las filas de los soldados del sol. Todavia no teniamos noticias de ningun tipo sobre Devon pero aun asi, teniamos que prepararnos para cualquier cosa que pudiera pasar. En el mismo despacho donde habiamos acordado ese tratado, estaba sentada frente a la mesa mirando todos los papeles que tenia por revisar sobre la AVL. Recibi la llamada de la reina de Luisianna a la que después de lo que habia informado a la prensa, no me apetecia hablar.

Acababa de llegar a Louisiana, hospedándose en el hotel vampírico de Baton Rouge. Nada más haber caído la noche se había desplazado en su precioso deportivo tan negro como la oscuridad hacia la Liga Vampírica Americana para hablar detenidamente con Sun Bennet y prestar sus servicios a favor de la organización aquella.

Tras hablar con la recepcionista y conseguir que esta le diera permiso para ver a la Srta. Bennet paseó por los solitarios pasillos, llenos de puertas cerradas en las que seguramente se encontrarían ávidos trabajadores dando todo por la liga.

ODIABA el poder sentir que había vampiros por allí; el no ser un caso especial. La bella vampiresa no los soportaba y rechazaba a los suyos porque además de solitaria amaba aquella sensación que le aseguraba ser única en el mundo.

Abrió la puerta tras llamar a esta un par de veces y entró decidida hasta que sus impresionantes ojos dieran con los de la eminencia vampírica.

-Buenas noches.- saludó con seriedad, impasible. - Sun Bennet.- dijo su nombre con cierto desdén.

-Soy Hannah Fleet y vengo aquí para darle cierta información y apoyo que, creo...- informó mientras giraba su vista observando el lugar.

- Encontrará extremadamente atractiva.- explicó ella, esbozando una arrogante sonrisa mientras volvía su vista a ella. Nunca sonreía por felicidad, siempre por pura arrogancia y superioridad. Se colocó bien la extravagante chaqueta en la que se encontraba enfundada, tirando de ambas puntas con lentitud.