Un chuloputas mejorado (? (libre)

Después de todo lo sucedido el chico había terminado por dejar a la hermandad y se había ido lejos MUY lejos de aquel lugar a comenzar estudios en una universidad. Tampoco no había conseguido entrar en la universidad de Boston pero había sido bien recibido en la universidad de California. Estaba estudiando ingeniería agraria, algo con lo que esperaba poder vivir en Cave Spring en un futuro con un trabajo fijo. Ahora, tras haberse recuperado de prácticamente todo lo sucedido había solicitado el traspaso a la universidad de Baton Rouge para encontrarse más cerca de su casa y de su padre.

Ahora tenía un corto periodo festivo que había iniciado en su pueblo natal. El chico camina por la plaza central, pensativo, observando como el día ya se iba y llegaba la noche.

Caminaba por la plaza central, totalmente distraída mirando hacia el nublado cielo. En los últimos días no había dejado de llover y, aunque adoraba los dias de pleno sol, también le encontraba cierto encanto a la lluvia. En aquellos momentos me apetecía que lloviese, me apetecía mojarme de verdad. De pequeña, cuando empecé a descubrir mi don, mi madre me enseñó una oración muy poderosa, tal vez demasiado para una niña de once años que aún no sabía controlar lo que hacía. Haciendo uso de aquel recuerdo, murmuré con los ojos cerrados aquellas palabras hasta que oí un estrondoso trueno a modo de respuesta. Había funcionado. Abrí los ojos con una amplia sonrisa y me giré para seguir caminando cuando me topé con un cuerpo, me tambaleé y por poco caigo pero no me importó.
- Lo siento, no te había visto! - Miré al cielo y luego al desconocido, divertida - Menuda va a caer!

El chico estaba completamente dispuesto a dejar de escuchar los pensamientos de la gente, intentando buscar paz mental. Pero mientras camina despreocupado siente una oleada de frío que le hace abrigarse más aún, alzando la vista al ahora encapotado cielo que hacía nada había estado completamente despejado.

-Qué demon...- antes de que pueda terminar de pronunciar aquello alguien choca contra él. Devon se gira en busca del atacante descubriendo a una mujer que no recordaba haber visto alguna vez por el pueblo, aunque dada su ausencia en este era comprensible.

-Así parece.- comenta sonriendo, llevado su vista de nuevo al cielo, esto de vivir en el sur de América para Devon era algo mágico porque el tiempo cambiaba drásticamente, o a eso creía que se debía aquello. - El cambio climático cada vez está más presente.- sonríe mientras vuelve su vista a ella.

Reí por lo bajo.
- Ni que lo digas! - miré al chico y supe que era la primera vez que le veía, el amuleto mágico que llevaba encima me decía que él era de todo menos un tipo normal, escondía algún poder - No te había visto nunca... - dije ladeando la cabeza - soy Victoria.
Le tendí la mano con una sonrisa mientras las primeras gotas de la tormenta que se avecinaba caían a nuestro alrededor.

Sonríe con tranquilidad. - Yo tampoco, aunque estuve un tiempo lejos.- le explica. El chico intenta ante todo no leer la mente de aquella mujer. -Soy Devon.- se presenta. -Encantado.- dice educado, estrechando su mano, mientras siente la lluvia mojarlo ya.

Levanta la vista al cielo con dificultad a causa de las gotas de agua. Parecía que aquello iba a empeorar en cuestión de nada. Ríe tranquilo, volviendo la vista a la chica. - deberíamos buscar algún lugar cubierto.- aconseja con diversión.

- Porqué? - dije ampliando aún más la sonrisa y levantando las palmas de las manos hacia arriba para sentir la lluvia - ¿Te va a hacer daño la lluvia o qué?- bromeé.

- No me gusta mojarme mucho.- dice sonriendo con tranquilidad. - Y no parece que vaya a mejorar.- añade, incluso ahora tiende a elevar la voz por la fuerza y el ruido con el que cae la lluvia al suelo.

Toda la gente está refugiada de aquel temporal en los distintos locales que rodean la plaza mayor del lugar, mientras los más rezagados corren en busca de protección.