¡¡Help me, no encuentro un regalo!! [God Sent]

[Gran título eh? xD, lamento la tardanza, se desconecto mi lap D:]

Por fin estában en su destino: El centro comercial. Corrió hasta la puerta, y casi besa el suelo del lugar. Hace mucho tiempo que no veía uno así, pero ahora estaba allí, y no iba a malgastar su tiempo besando el asqueroso suelo. Tomó su mano, y lo condujo a las variadas tiendas, con ropajes, relojes, joyerías, todo lo que cualquiera podía pedir. Sonrió abiertamente, y entró a una relojería, tal vez allí podría encontrar un regalo.

_¡No veas! - Le dijo, tapándole los ojos al enviado con una sonrisa emocionada, y comenzó a ver los relojes con atención, cada uno era diferente y de distintos colores. Ya ni sabía como iba a decidirse.

Camina por la tienda donde ella lo lleva, ciego por completo, riendo levemente mientras niega con la cabeza, a ella se le veía muy emocionada con aquello.

-Dejo que me guíes, espero que no me tropiece.- le comenta con diversión en la voz.

(Muy apropiado xD por cierto, pasa a la Megan Fox por la entrada del campamento del sol que comienza el entrenamiento D: jajaj)

{0ff: Ya pasé a la zorrita por la entrada xD}

_Procuraré intentar que no vayas contra una vidriera. - Soltó una risita, viendo un reloj, uno de los más caros, pero era el más hermoso de todos, y marcaba hasta la temperatura, por decir. - Ahá, perfecto. - Susurró, mientras que le pedía a la vendedora el reloj "elegido". Comenzaron ambas a susurrar, para que el Enviado no escuchara y soltó una risita al ver como intentaba parar la oreja para escuchar.

Por fin estaba envuelto en un papel de distintos corazones, y la hicieron escribir en una tarjeta.

"Para la persona más perfecta del mundo que logró calar fondo en mi corazón.
Pd: Nunca sabrás quien te lo ha enviado, haha ILY{0ff: I love you para tímidos xD}
Atte- HL" - ¡Ya puedes abrirlos! - Exclamó, dejando el regalo en sus manos ligeramente sonrosada pero con una enorme sonrisa.

- Esto no es divertido.- comenzó a tararear él mientras esperaba todavía con los ojos cerrados, intentando ser lo más paciente y divertido posible, sólo por ella.

Pronto pudo abrir los ojos y encontrarse con un regalo, lo miró una milésima de segundo antes de levantar su vista a ella, observándola sonriendo sonrojada. El chico sonrió mientras leía la tarjeta, riendo levemente.

Abrió el regalo con cuidado de no romper aquel envoltorio, maniático en sí. Observó aquel regalo con una extensa sonrisa que no era fingida, sino verdadera. - Gracias mi amor.- dijo él mientras le otorgaba un beso en aquellos labios tan perfectos con suma lentitud, delicadeza y dedicación.

( Lo del ILY me mató xDDDDD)

Casi se desmaya cuando esas palabras tan perfecta de una boca tan perfecta y de alguien tan perfecto iban dirigidas a una enanita pelirroja de ojos de espejo. "Mi amor", esas dos simples palabras que tocaron su corazón haciendola volar como avioneta. Se sonrojó como ese bolso rojo que había visto en una tienda una vez, y sus amigas casi la sacan a rastras ya que no dejaba de mirar esa maravilla de bolso.

Sin embargo, le respondió lentamente el beso, para luego sonreir y recorrer sus labios con el dedo índice. Pronto cuando vió que estaba distraido le pegó un papel adhesivo en la espalda que decía Te amo, con una letra enorme. Como era algo obvio, el enviado se dió cuenta y cuando lo leyó, Hayde soltó una risita tímida y nerviosa.

Después de una buena sesión de besos y caricias el enviado se ata, para lucirlo mejor, su regalo y guía a su pelirroja fuera de aquel establecimiento, comenzando a caminar y ver tiendas de forma distraída.

Siente una palmada en la espalda y lleva una de sus manos a esta para descubrir un papel adesivo. Pudo escuchar la risa de ella mientras leía aquel papel y esbozó una sincera sonrisa que acabó por transformarse en una tranquila risa mientras negaba con la cabeza. Odiaba estar enamorado, pero el problema era que lo estaba de ella demasiado.

La tarde fue llegando a su fin y con esta la llegada de la oscura noche. El enviado fue directo a un restaurante de por allí. La comida no le aportaba tanto como la sangre de vampiro pero podía comerla; además quería ver comer a su pelirroja, orgulloso de que ella no fuera más una criatura contra las que luchaba.

Así pues acabaron ambos sentados en una mesa apartada de un restaurante italiano en el que no estaba permitida la entrada a los vampiros.

_Tengo unas preguntas. - Susurró, mientras que se sentaba enfrente de el, y se acercaba a su oído. - En mi asquerosa vida de criatura de la noche, yo podía levitar y usar el Glamour. ¿Puedo seguir usándolos? - Preguntó, y luego se apartó de a poco, estirando la mano por la mesa hasta tomar la suya, como una típica pareja.

Se mordió el labio de abajo, ansiosa por volver a probar esa comida humana tan deliciosa. De tantos años, a la pelirroja se le había ido el sabor.

Asintió con lentitud, sonriendo levemente.
-Así es, todavía tienes esas habilidades, así como también tus colmillos aunque no sean muy útiles ya que seguramente comenzarás a repudiar la sangre humana.- le explicó con total seriedad y tranquilidad, sujeto de su mano.

-Yo antes de ser lo que soy, también fui vampiro.- confesó observándola a los ojos, sin miedo alguno a confesarle aquello.

{ Hablamos por el Chatbox?}

Le sonrió, de una forma enamorada y dulce. Acercó su mano, hasta rozar su mejilla contra su dorso, como una caricia. Luego abrió como platos los ojos ante su comentario, como si hubiera visto al mismisimo fantasma de la ópera pidiendo un refresco en la barra.

_¿Vampiro? ¿Y por qué te volviste contra ellos? - Preguntó, ya que su curiosidad aumentaba, pero claro en un susurro. Si no estaba permitida la entrada de vampiros, suponía que les molestaría que hablaran de ellos.

El chico tenía demasiado claro por qué se había vuelto contra ellos y sin duda se lo diría a ella., como confidente.

-En mi conversión no todo fue bien, vi que la mayoría de los vampiros, aunque superiores tenían una mentalidad ante todo anticuada, básicamente porque, en vez de inventar algo con lo que saciar su sed daban por sentado que les era imposible.- le explicó. -Además de que me parecía, en el tiempo en el que yo viví entre ellos, una sociedad basada en la traición en la conspiración y la maldad absoluta.- añadió con simple tranquilidad mientras con sus dedos delineaba el fino cristal de su copa.

-Me impresionó mucho el saber que tu en vez de humanos te alimentabas de animales y por eso pensé, además de porque eres tremendamente atractiva y quedé prendado de ti, que, como vampira "vegetariana" quedabas eximida de tus pecados inmortales.

(te envío un mp ahora explicándote )

(Mi lap ya no funciona, estoy en la lap de mi madre y pronto regresarà y yo serè la incomprendida hija xD, no postees, cuando puedo edito )

_Animales o no, con la vida que llevé fuí pecadora. Además... ¿Atractiva? Soy un tapón pálido con cabellos de escoba color rojo. - Rozó ligeramente sus labios contra los nudillos de el enviado en un gesto cariñoso, y con una gran sonrisa divertida. Pronto llegó el mozo con las cartas, y arregló la mesa. Aún de la mano de su Enviado, tomó la carta y la abrió, curiosa como una niña pequeña y tan emocionada como ella misma.

_Oh, que ya me he olvidado los gustos. - Apoyó la frente en su mano, tratando de recordar aunque sea uno. Por fin, se decidió por una comida de la que nunca había oido hablar. Claro, cuando hace más de 100 años no ibas a un restaurante de comida humana, le perdías el sentido a lo moderno.

-No digas eso Hayde, me encantas tú por completo y tu cabello también.- y era verdad, el enviado tenía grave problema con las pelirrojas pero ninguna de estas le había llamado tanto la atención y lo había cautivado tanto como la mujer que se encontraba enfrente suya y que, mientras ella miraba el menú el enviado la observaba, quizás maniático, la amaba.

Escuchó su comentario y sonrío. -Así es.- no pudo evitar soltar una pequeña risa. Finalmente el se decidió por un plato y cuando llegó el muchacho que pedía las comandas, el cual le pidió un autógrafo que el enviado firmó con gusto, pidió por él y luego observó de nuevo a su amor, esperando que ella pidiera.

(Pelirrojas? Iré con una tijera por la calle 77 xDDD Y, acertaste,, mi laptopcita chiripiorca revivio!!! Pero no la puedo usar hasta mañana )

Le sonrió mientras que lo observaba firmando autógrafos. No pudo evitar soltar unas risitas, tapandose la boca con una mano, pero sin quitar la mirada de el. Escuchó con cierta atención una música calma que se reproducía en unos parlantes, desestresando el ambiente. Cuando volvió de la luna (?) pidió lo que había elegido y sonrió amablemente.

_Bueno, mi escoba tiene ciertos encantos. - Soltó una risita, haciendo que se pasaba las manos por el cabello. - Tu también me encantas, todo de ti es tan perfecto. - Entrelazó sus dedos con los del enviado, sonriendo de una forma embobadamente enamorada.

(Yo tenía un problema con las pelirrojas pero ya lo superé (? Ahora le toca al enviado xD)

Cuando ya pidió ella y le piropeó con aquello sonrió algo altanero mientras continuaba delineando su copa, pensativo.

-Dejémoslo en que somos la pareja perfecta.- comentó riendo mientras la observaba con determinación. Pronto se acordó de que no sabía casi nada sobre ella y la curiosidad le picaba. - Hayde, todavía no me contaste tu "historia" antes de conocerte.- le dijo con disimulo. - y me gustaría saber más sobre tí.

Rió adorablemente, corriéndose algunos cabellos rojizos de la cara. Pronto tragó un poco de saliva, respirando hondo, preparándose para contar su historia. No era toda color de rosa, pero ahora que estaba con God sent si lo era.

_Mi historia, bueno... solo te puedo decir que yo no era una... vampira completa. Mi madre fue humana, aunque no lo creas. - Sonrió al recordarla, contándole historias sentada en su típica reposera con Hayde en sus brazos. - Bueno, la familia de mi padre, la unica familia que tengo aunque no lo quiera aceptar, no aceptaron tampoco a mi madre, y... simplemente la asesinaron. Y con ella, a mi padre y a la familia de mi madre.

Se tragó las lágrimas, literalmente negándose a llorar. Ya era en vano, los había perdido. - Simplemente me tomaron en su casa como su hija, bueno, como una prisionera mas que como una hija, por mas que yo les cerrara la puerta en sus narices y les gritara cosas no muy decentes. - No pudo evitar, mirando al vacío, formar una sonrisa acompañada de una risa. Luego volvió la vista al enviado, acariciando su dorso de la mano con su pequeño y pálido pulgar.

- Y creyeron que yo les pertenecia, entonces todos los dias me obligaban a beber sangre humana. Yo tiraba las copas al suelo, causando un terrible caos en la casa. Un día ya estaba completamente cansada, entonces, levité hasta una ventana cuando todos estaban sentados, rompí el vidrio de una patada y huí. - Luego buscó las palabras para decir lo siguiente, ya con una sonrisa divertida en los labios.

_Y después, me paseaba por el bosque unos 200 años despues, encontre a un muchacho alzando sus brazos al cielo y creí que se estaba muriendo, me acerqué a ayudarlo, entablamos una conversación, me enamoré, todo era una trampa, nos besamos, me "raptó", se enamoró y ahora lo tengo enfrente mío, amándolo cada segundo un poco más, y lo amaré toda mi existencia. - Soltó una risa clara y se estiró como pudo para rozar sus labios contra los de su amado.

Escuchó la historia de ella asintiendo levemente ante todo aquello, pensativo todavía, más o menos ya sabía algo más sobre ella y que según decía lo seguiría durante la eternidad. Aquello le gustaba y el sentía exactamente lo mismo aunque no lo expresara directamente, no le gustaba mostrar cariño alguno.

- Una historia interesante.- le dijo el chico mientras llegaba la comida a la mesa con rapidez. - para una tapón pelo de escoba.- vaciló, riendo levemente.

Sujetó con firmeza la mano de ella, sin saber mucho más que decir, todo era perfecto.

_¡Lo admitiste! - Dijo, soltando una risa, echándose hacia atrás y cruzando las piernas con una gran sonrisa. Les sirvieron la comida, y Hayde no podía esperar mas. - ¡Comida ven a mi!. - Soltó una risa algo nerviosa. Se mordió el interior de la mejilla, e hizo un gesto maléfico fingido, aunque dispuesta a devorar esa comida a más no poder. Se colocó las servilletas, y movió los dedos hasta tomar los cubiertos.

Pronto logró envolver algunos Spaghetti, y los llevó a la boca como si fueran oro. Cerró los ojos, mordiendose el labio inferior, hasta que los comió. Suspiró, tan alegre y le hizo un gesto de "Perfecto" a su amor.

El enviado contempló con suma tranquilidad cómo ella se alimentaba de nuevo de forma humana e incluso llegó a percibir un cosquilleo por su cuerpo al observarla de nuevo tan humana, aunque realmente no lo fuera ni ella ni él.

Sonrió ante su gesto de perfecto y tomó un poco de su plato que realmente no lo llenaba pero que le sabía a algo, a algo que luego no tenía que vomitar.

Apuró toda aquella comida con un poco de agua que el muchacho sirvió en su copa.

Cuando había notado, se había terminado toda su comida. Se limpió con una servilleta las comisuras de los labios, y miró al enviado, también terminando. Casi sin pensarlo, comenzó a cantar en voz baja, ya que no sabía que hacer mas que eso.

_I said nothing I was just thinking, how we don't have a song. - Cantó, mientras que movía un poco las manos unidas de "La pareja perfecta".

{Escuchaba Our song y fué lo unico que se me ocurrio xD}

Cuando terminó con su comida contempló con más detenimiento a Hayde, escuchando con facilidad lo que cantaba. Aunque no supiera la canción la letra de esta le gustaba.

- Quieres algo de postre o nos vamos ya?- le preguntó alzando una ceja cuando el chico vino dispuesto a entregarles la carta de postres.

_Estoy bien, ¿Vamos? - Dijo, interrumpiendo un segundo la canción. Luego, comenzó otra, algo aburrida esperando la cuenta. - My friends say I'm a fool to think that you're the one for me, I guess I'm just a sucker for love, 'Cuz honestly the truth is that you know I'm never leavin', 'Cuz you're my angel sent from above.

Tomó con ambas manos, la mano del enviado. "Tal como el primer día" susurró, sonriendo.

Sonrío con total tranquilidad mientras pagaba la cuenta y salía de allí en dirección a su mansión. Sin duda había sido un bonito día de San Valentín, aunque a él, todo aquello le sonara a cuento chino.

(Abro en la choza de God Sent )

(¿Choza? xDDDDDDDDD Entonces Hayde vive entre cartones (?) )