Entrevista de Trabajo?

Lo último que recordaba era haberse tumbado en su cama y un ligero pinchazo en su cuello, que lo había devuelto al profundo sueño, pero no al que este buscaba, sino a uno más duradero e inevitable.

Su respiración notaba terror y nerviosismo, seguramente estaba drogado con algo. Podía percibir unos pasos cercanos pero no podía leer la mente de la persona, por eso creía poder entender que se encontraba bajo los efectos de algún tipo de droga.

Estaba exhausto, había intentado escaparse de aquel lugar, pero sus intentos lo único que conseguían era cansarlo más aún.

Escucha un tono de teléfono y las palabras de su presunto secuestrador e intenta gritar para que le oiga, pero le es imposible, está completamente ronco, afónico.

La llamada termina y su miedo aumenta por momentos, hasta alcanzar su máximo nivel cuando le quitan el saco que le impedía observar.

Se encuentra con sólo una persona más, la mira, con una mezcla de enfado y de miedo.

En cualquier otro momento se habría comportado como un chico amable y educado, pero su reacción fue muy diferente.
Escupió al suelo, con enfado. - Me importa una mierda la humanidad.- ronco, fulminando a su secuestrador con una mirada gélida.
- Qué demonios queréis de mi?- directo, serio.

Suelta una carcajada, negando con la cabeza.
- Esta es la entrevista de trabajo más rara que he tenido.- le informa, con enfado. - Y mira que he tenido muchas. - añade, recalcando aquello.

"¿Un trabajo permanente y bien pagado?¿Esto es una broma?" Pensaba mientras fulminaba con la mirada a su secuestrador.
- Quién eres y de qué trabajo se trata.- ordena, sin mostrar debilidad alguna.

No se lo puede creer, alguien le ofrece trabajo y tiene que estar relacionado con aquel horrible tema que tanto odiaba, incluso recordaba que él mismo tenía una pariente en Cave Springs chupasangres... suspira y asiente levemente, dispuesto a aceptar el trabajo, puesto que necesitaba más que nunca aquel dinero.

- Pero yo no soy cristiano ni practicante, así que si me contratan yo pongo como condición el seguir no siéndolo.- le informa, firme.

Escucha con la mirada centrada en el tal Thomas, todavía seguía algo desconfiado, pero aquello parecía serio y sin duda le gustaba en sí el trabajo. Daría un vuelco a su vida tan aburrida y monótona, tendría nuevo coche, un apartamento para él, lejos de su padre.

Sonríe feliz, aunque algo contrariado, asintiendo ante las palabras de aquel personaje.

- Acepto.- dice asintiendo, dispuesto a aquello.

Thomas también le ofreció a Devon un despacho en la hermandad, más que despacho un habitáculo, en el que pudiera pasar alguna que otra vez distraído.

Por fín lo liberaron y Devon pudo levantarse, dispuesto a salir de allí.

Salió de allí, entrando en su nuevo coche, pequeño, pero fuerte, de color negro con capacidad para el conductor más cuatro acompañantes. El chico abrió y se sentó en el coche, impresionado, no pudo más que lanzar un pequeño "Woooaaaaah" cuando acarició con ambas manos el volante, no podía creer que aquel coche le perteneciera ahora.

Lo arrancó saliendo de allí, comenzando por buscar su nuevo apartamento.