Buscando un poco de tranquilidad (Claudine)

Entré en el bar cabizbajo y alcé la vista para ver que ambiente había. La atmósfera estaba cargada de un olor que me resultó muy familiar. Aquellas personas olían como Aerith, así que posiblemente fueran todos teriántropos. No percibí ningún otro olor.

-Póngame algo fuerte-le dije al camarero y me senté en la barra.

-¿Ahogando las penas?-preguntó el camarero.

Lo miré dubitativo y acepté la copa que me ofreció. El hombre seguía a la espera de mi respuesta; así que, me giré dandole la espalda y le di un trago a la copa, deseando que el camarero se diera por vencido.

Llevaba un largo rato caminando y ya estaba muerta de sed, asi que en una de las calles encontre un bar en el que poder descansar y recuperar fuerzas.

Entré y estaban casi todas las mesas ocupadas, y como era solo una persona preferí sentarme en uno de los taburetes junto a la barra.
Me dirigí hacia el camarero - Perdone, me puede poner un pantera rosa, por favor?,- dije muy educada y con una gran sonrisa.

Me giré para inspeccionar aquel lugar lleno de "gente", ya que por su olor todavia no sabia lo que podían llegar a ser la mayoria.

Una chica entró en el bar y se sentó a mi lado. No conseguí averiguar si esa chica era alguna criatura especial o una simple humana. Sólo de pensar que podía tener algo que ver con vampiros me ponía nervioso.

Aparté la vista mientras me concentraba en mi vaso vacío. La idea de que Aerith estuviera buscando trabajo me despistó durante unos instantes. ¿Cuánto tiempo sería capaz de aguantarme? Tenía que buscar un trabajo lo antes posible, y en cambio, estaba aquí en el bar tan tranquilo. ¿Habría para entonces un nuevo lugar, otra ciudad a la que ir? ¿Seguiría vagando de un lado para otro hasta conseguir un lugar al que llamar hogar?

Intenté desterrar de mi mente esa preocupación y decidí distraerme un poco:

-Perdona, ¿Esta bueno eso que has pedido?-le dije a la joven.

Señalé mi vaso vacío para mostrarle que necesitaba probar algo nuevo.

Estaba pensando en lo mucho que tenía que hacer en mi nuevo apartamento y que más tarde tendría que ir al Last a trabajar unas horillas, bueno toda la noche mas bien, cuando el chico que estaba a mi lado se giró y me vino un olor que ya había olido otra vez, solo una, y era a licantropo. Me quedé bastante sorprendida por lo que le presté la máxima atención, me fascina ver a otras personas y su manera de ser, cuando me habló directamente a mi.

Mire mi copa y le dije mirandolo a los ojos. - Si te gusta la Piña Colada, la Granadina y El Vodka, me parece que si. - mientras soltaba un gran sonrisa.- Y si no, pues la Brisa marina dicen que no esta nada mal.- dije mientras soltaba una risilla risueña.

-Me hace falta una mezcla explosiva de esas, ¡Camarero, una pantera rosa!

Volví la mirada a aquella chica tan peculiar y sonreí por primera vez esa noche.

-¿Qué te trae por este bar?-la miré intrigado.

El camarero me sirvió la bebida y pegue un gran trago, hasta dejar la copa a la mitad.

El chico parecia simpatico por su comentario y esa sonrisa tan bonita que me ofreció.

Pues estaba dando una vuelta por el pueblo, y ya estaba cansada, asi que vi el bar y me apetecía reponer un poco de fuerzas.- le miré con cara de cansada, en plan broma.

Le dió un trago a su bebida y la dejo a la mitad, me quedé fascinada, me empezaba a gustar estar rodeada de tantan gente especial como yo.

Mientras miraba su copa le dije.- y un chico como tu, que hace en un bar como este??. Pregunta típica de pelicula, por lo que solté una gran sonrisa, queria ser simpatica.

-La verdad... no estoy muy seguro de que hago aquí, solo sigo a mis sentidos.

Me eché a reír. Sonaba tan ridículo.

Luego, suspiré y me dejé caer en la barra.

-Ni si quiera debería de estar en esta maldita ciudad infectada de asquerosas sanguijuelas. Pero ese olor que tanto me angustia, me ha traído hasta ellos. Espero recomponerme antes de toparme con uno... sino podría correr la sangre...

Miré a la chica y parecía anonadada. Había hablado más de la cuenta, y a pesar de que la joven no me entendía del todo, parecía tener toda su atención en mí.

Le veía algo , deprimido, era la palabra?, o mas bien con un ligero rencor hacia alguien?. Yo seguía mirandole anonadada por todo lo que había soltado en ese momento, la verdad que la sinceridad tan repentina me dejó de piedra.

Me acerqué un poco hacia él. - Te refieres a los vampiro no?.- pregunta obvia ya que se supone que son enemigos mortales. - Hombre no son todos malos, eso no va con su condición sino la personalidad de cada uno..- dije intentando calmar su mal estar.- si fuera por eso, los licantropos, tienen fama de ser agresivos, y muy brutos y tu estas aquí y estas muy sereno y simpatico.- dije en pequeños susuros ya que no sabía si los demas nos podían oir o él no quería que supieran que era.

Me aparté un poco y le solté otra sonrisa,y le di un trago a mi bebida, no queria parecerle una entrometida.

Su comentario sobre los licántropos me hizo mucha gracia y no pude reprimir una sonrisa. Pero me negaba a aceptar que ahí afuera hubiera algún vampiro capaz de ser diferente. Y aunque así lo fuera, estaba dispuesto a acabar con todos ellos del mismo modo.

-Si, los vampiros y yo no nos llevamos muy bien. De todos modos, eso que dices sobre los hombres-lobos no es del todo cierto. Si que somos unos seres horribles... no seríamos capaces de hacer daño a nadie en nuestra condición humana pero... una vez convertidos, nuestro instinto nos lleva a cometer grandes locuras. Y lo peor... es recordarlas al día siguiente.

Sentí un poco de lastima por aquel chico, por su comentario sabia que le había ocurrido algo igual o parecido y se arrepentia, o quise creerlo por "Y lo peor... es recordarlas al día siguiente".

Hombre yo la verdad que me he topado con uno solo, asi que no te puedo decir si es verdad o no lo que dicen de vosotros.- dije con una sonrisilla picara en mis labios.- pero eso si, se lo que dicen de los vampiros y no es todo cierto, mis jefes lo son y yo mira donde estoy. Además tampoco me preocupa yo se como controlarlos asi que, no les tengo miedo.

Al acordarme de eso me vino a la cabeza si le pasaría lo mismo a los licantropos, no sabía si funcionaban mis habilidades en ellos, pero tampoco quería comprobarlo, por lo menos hoy no.

-¿Tus jefes son vampiros? Ya me parecía a mí que había un extraño olor en ti... estás impregnada de ellos...-arqueé la nariz.

Volví a pegar otro trago y acabé la copa. Saqué un billete del bolsillo y golpeé con el la barra para que el camarero lo recogiera.

-Creo que será mejor que me vaya, ha sido un placer... mm...

Mi olor no tiene nada que ver con ellos- dije con una risa de ironia.- Ese olor extraño es mio, pero gracias, pensaba que podía ser agradable. Tendré que darme una ducha.- dije simpatica.
Pero siento a verte molestado, no quería incomodarte.

Yo también pegué un gran sorbo de mi pantera ya que estaba a mas de la mitad, casi me atraganto y todo.- No hace falta que te marches, si la que vino mas tarde y a molestar soy yo, lo siento..- dije con lastima me estaba gustando hablar con él.

Cogí mi bolso en busca de mi monedero, lo que menos que quería era buscarme un enemigo, y mucho menos por mi opinión respecto a los vampiros, madre mia! no quiero pensar que seria de mi si fuera uno de ellos.

-No-sin darme cuenta la agarré del brazo para detenerla-, lo siento, tienes razón, tu no tienes la culpa, me he dejado llevar.

La chica pareció ofenderse, no se si fue por mi contacto con ella o por mi mala educación, pero enseguida retiré la mano incomodado.

-Perdona...-repetí-puede que sea este ambiente, creo que será mejor me vaya afuera a relajarme.

Estaba bajando del taburete cuando me agarró por el brazo, me quedé con los ojos como platos, estaba bastante cálido no se si era por su naturaleza o por que se había exaltado un poco.

No preocupes no ha sido nada, pero enserio no quería incomodarte con mis comentarios alomejor he sido un poco pesada insistiendo en el tema ese.- dije con cara de lastima, parecía simpatico pero le debí tocar la vena sensible.

En serio no hace falta que te marches....Tomate otra, yo te invito por las molestias.- dije mientras tendia el billete al camarero que estaba todavia en camino.

Sonreí ante su invitación.

-Esa es una buena idea-me senté otra vez en el taburete-, y la próxima invito yo. Me llamo Chris.

Me quedé con una cara de boba delante de ese chico, cambió radicalmente de opinión y me quedé totalmente sorprendida. Ante su comentario me reí.

Me volví a sentar en el taburete.- Soy Claudine.- le ofrecí mi mano para que la estrechara, teníamos que hacer las presentaciones formalmente.
No retiré la mirada de Chris.- Que quieres tomar? - dije simpatica de nuevo, de verdad, que me ha dejado totalmente anonadada.

Sacudí la cabeza y volví a sonreír.

-Otra ronda de panteras estaría muy bien.

La chica pidió las bebidas y como siempre, en cuanto estuvieron servidas, yo di mi carismático trago.

-De verdad que siento lo que ha ocurrido antes, a veces no estoy seguro de ser yo mismo. He pasado muchos años convertido en un monstruo y solo hace unos días que he empezado a comer con cubiertos y no con mis propias garras-hice una pausa y miré a aquella chica con detenimiento, parecía infundirme confianza y eso hacía que me desahogara con ella-. Lo siento, voy a conseguir asustarte de verdad, no hago más que decir tonterías.

Dos panteras rosas, porfavor!.- dije cuando se acercó el camarero y le dejé el billete en la barra para qe se cobrara.

Volví mi cuerpo hacia el licantropo y volvió a dar un mega-sorbo a su bebida, con lo que me reí por ello, me hacia gracia.

Apoyé en la barra uno de mis brazos y en este mi cabeza, le miraba con cara de fascinación.- No te preocupes, agua pasada. No me asusta, al contrario me fascina. Yo he pasado parte de mi vida en las montañas y no he conocido a gente como tu, me encanta que me cuenten cosas. Y te pasaste todo el tiempo en forma de lobo?- dije con un tono de intriga en mi voz.

Solté una carcajada ante el interés de ella.

-Si bueno... es una historia muy larga, pero te puedo decir que mi instinto me trajo hasta este pueblo y entonces, aquí comprendí que había algo por lo que merecía la pena luchar. ¿Y qué me dices de ti?

Oh, eso suena interesante! - dije por su comentario "aquí comprendí que había algo por lo que merecía la pena luchar", espero que eso no lo diga por matar vampiros pensé para mi.

De mi no hay mucho que contar, nací en Italia, me vine muy de jovenzuela para las montañas de Colorado y ahi me he pasado la vida, practicando habilidades y poco más, hasta que tuve que hacer mi vida sola y me recomendaron este sitio, y ahora entiendo el por que. - dije risueña y le di otro pequeño sorbo, claro comparado con el de mi acompañante.

-Suena interesante, y ahora me has dejado con la intriga... ¿y por qué?

La verdad es que no tenía demasiadas ganas de hablar de mí, y de todos modos esta chica tenía algo que ver con los vampiros y no estaba dispuesto a que ellos se entrometieran más en mi vida. Pero... ¿quiénes son esos vampiros a los que ella llama "jefes"?

Terminé mi copa y le hice una señal al camarero para que volviera a llenarlas, entonces me di cuenta de que me sentía algo mareado, llevaba ya muchas copas encima y estoy seguro de que Aerith no aguantaría a ningún borracho en su caravana. Esta noche tendría que pasarla solo.

Ultimé mi copa, ya que él ya la había termiado hace un poco.

Pues la verdad, que cada paso que doy me encuentro con algún ser sobrenatural, creo que esto es una prueba para mi, para poder relacionarme sin salir perjudicada, y claro también de hacer amistades nuevas. - dije mientras el chico le hacia un gesto al camarero, noté como su cuerpo le daba un pequeño vahído. - Estas bien?- le hice un gesto al camarero para que no sirviera mas.
Me puedes pasar un paño limpio humedecido en agua fria?- le dije al camarero. Me lo tendió y se lo pase por la frente.
Creo que tienes que tomar un poco el aire.- Comenté

-Estoy bien, estoy bien-retiré con brusquedad el paño-necesito otra copa.

Volví a hacerle una señal al camarero pero esta vez el chico no respondió, se quedo en su sitio mientras frotaba con un paño una delicada copa.

-¿Es que no me oyes?-le espeté y juraría que mi voz sonó tan acelerada que casi no entendí lo que dije.

El camarero, miró a Claudine y le dijo algo que mis oídos no lograron alcanzar:

-Será mejor que se lo lleve, lleva mucho rato aquí bebiendo y va a acabar destrozándome el local.

-¿Pero que dice este hombre? Claudine dile que me sirva otra copa-miré a la joven y de repente se me nubló la mirada, eso comenzó a asustarme. Estaba claro que hacía años que no bebía de esta manera y me había pasado de la ralla.

Ahora mi cuerpo me jugaba una mala pasada.

Decía que estaba bien, pero yo no lo veía así, trabajaba en un bar asiq ya empezaba a saber cuando la gente estaba bien o no.

Apartó bruscamamente el paño que tenia en mi mano y la empezó a tomar con el camarero que me miraba para mi aprovación o no de lo que le decía.

"Será mejor que se lo lleve, lleva mucho rato aquí bebiendo y va a acabar destrozándome el local", asentí con la cabeza a lo que me decia el camarero.

Noté como las fuerzas de Chris se iban flaqueando asi que aproveché para apoyarlo un poco sobre mi cuerpo y dirigirme hacia la puerta, el podía caminar casi perfectamente.


Chris, me oyes? Nos vamos, asi que no te asustes. - Dije con voz preocupada, esperaba que no tuvieramos ningun altercado, de convertirse en lobo ni nada de eso. Lo llevaría a mi apartamento.

-Dios, me duele la cabeza, parece que me va a estallar-me apoyé sobre la chica sin dudarlo en ningún momento, parecía que mis pies no sabían mantenerse.

Mi vista seguía nublada y parecía que me iba a desmayar de un momento a otro. Sería cuestión de minutos que se me pasara el mareo, cuando mi hígado fuera capaz de digerir todo el alcohol que llevaba dentro, ya que mi condición de licántropo me hacía más fuerte frente a cualquier malestar.

-Estoy bien-dije mientras la joven me llevaba al exterior-se me pasará en un rato.