...sin rumbo (Claudine y Chris) (+18)

No me fijaba por dónde iba, me limitaba a vagar por las calles vacías y mojadas. Evitaba cualquier camino que pudiera llevarme a la caravana de Aerith, al no tener ningún otro lugar al que dirigirme.

Sin darme cuenta me detuve ante aquel edificio, no era muy elegante, pero por alguna razón ahora estaba plantado delante de él, admirándolo. Ese lugar me inspiraba confianza y seguridad, era como si tuviera algo parecido a un hogar al que poder regresar.

"¿Claudine estaría dispuesta a ser de mi manada?"-me reí ante el pensamiento y me lo quité enseguida de la cabeza.

No sé como expresar lo que siento, no hay palabras que describan esta relación, quizá su amistad valga mucho más que cualquier otra relación que haya tenido con nadie, ¿Quizá? No, vale mucho más.

De repente, bajé la mirada y vi una cafetería.

"Ojalá pudiera llevarle el desayuno"-pensé. Miré mis bolsillos pero estaban totalmente vacíos, aún no había éxito con el trabajo. ¿Cómo voy a aparecer en su casa con las manos vacías? Quizá no le importe...

Avancé hasta el portal y me senté en unas pequeñas escaleras que habían a la entrada.

Estaba confuso, perdido...

Estaba en la cafetería esperando a que pusieran dos bollitos para subirlos a casa y desayunar, ya
que no tenía nada en la nevera, tenía de todo, menos para el desayuno, asi que pensé en bajar en un momento. Me pusieron dos napolitanas de chocolate y unas cuantas galletas caseras con pepitas de chocolate, así no tendría que ir a la compra solo a por el desayuno.

Salí de la cafetería guardando el dinero en mi monedero y metiendo este en el bolso, por lo que cuando llegué a las escaleras y miré vi al lobito alli sentado.

Oh Chris! como estas? - dije mientras me acercaba a él y le daba dos besos.

Me levanté enseguida alertado, me avergonzaba un poco que me encontrara de esa manera. Le di dos besos y me hice a un lado para no entorpecer el paso.

-Estoy... bien... ¿Te ayudo con algo?-sonreí, al menos podía serle útil.

Muchisimas Gracias! pero no pesa mucho, aunque me lo podrías sostener para buscar las llaves en mi bolso? - dije mientras subia por las escaleras hacia la puerta del portal.

Estas esperando algún amigo?- comenté ya que le había visto alli sentado sin hacer nada. - Por que si no estas ocupado, puedes subir a desayunar conmigo.- dije introduciendo la llave en la cerradura y abriendo la puerta.

-Pues estaba esperando a un amigo pero... ya lo encontré-sonreí-, y sí, me gustaría subir a desayunar contigo.

La expresión de mi cara lo decía todo, necesitaba pasar un rato en su compañía.

-Yo te lo llevo de todos modos-acepté las bolsas mientras ella buscaba las llaves.

Entramos al ascensor y mientras subía lentamente no pude evitar reírme. Algo me decía que este ascensor formaría parte de mi vida y ese hecho me hacía mucha gracia. Ella debió entenderlo también porque se rió conmigo, o tal vez la contagié.

Llegamos al rellano y mientras ella abría la puerta le pregunté:

-Que apartamento más tranquilo, ¿no tienes ningún vecino pesado que te pida azúcar continuamente?-reí otra vez.

Sonreí ante su comentario que me estaba esperando, a su amiga.

Se ofreció a llevar la bolsa, asi que no me negué a ello. Subimos en el ascensor y vi como se reía y yo hice lo mismo me gustaba verle sonreir, eso significaba que estaba con buen animo.

Noo, la verdad que pensaba que me vendría algún vecino cachas a pedir un poco de leche pero no hay nadie, como mucho alguna ancianita por la planta de abajo - Reí -. Me gusta por que es muy tranquilo y tienes intimadad.- dije mientras entrabamos y me dirigía a la cocina.

Puedes dejarlo en la mesa del salon, por favor? - dije mientras entraba en la cocina.

[ off: me marcho ya, si quieres contesta, y si tengo un ratillo en casa de mi amigo te contesto,y sino esta noche. Luego hablamoss]

Me acerqué a la mesa y deposité las bolsas sobre ella.

-Todo sigue tal y como lo recuerdo-bromeé, como si hiciera mucho tiempo que no venía.

Me quedé de pie en el sitio y miré a mi alrededor. Estaba todo en perfecto orden, en especial, me detuve a mirar unas fotos.

Estuve preparando una bandeja con unos vasos y unos platos para poner los bollos en condiciones, me giré para hablar directamente a la cara, estaba viendo algunas fotos que tenía en unos marcos y sonreí.

Hoy que quieres, zumo, café, té ......? - dije para preguntar que queria tomar. Mientras llevaba la bandeja con las cosas.

Sientate y por favor, no te quedes ahi de pie.- Dije mientras volvía a la cocina.

-Ohm, quiero zumo.

En vez de sentarme fui a la cocina a molestarla.

-Dejame ayudarte.

Saqué una napolitana y se me hizo la boca agua.

-Esto tiene muy buena pinta, ¡Claudine!

Estaba sancando el zumo de la nevera cuando mi acompañante estaba junto a mi, lo miré mientras sacaba los bollos.

Oh! gracias, en la cafeteria de abajo lo hacen muy buenos la verdad. - dije para demostrar que no me tiraba flores cuando no me las merecia.

Bueno desayunamos? - Le dije mirandolo y con los vasos y el zumo en la mano. - Tu primero. - Hice siendo cortés y haciendo un gesto para que se dirigiera al salón

Agarre la bolsa y seguí hasta el salón seguido por ella. Me senté y saqué los dulces de la bolsa, puse uno a cada lado.

-Esto promete.

Ella sirvió el zumo y en cuanto lo hizo, me eché un gran trago.

-Claudine... esta noche, es luna llena-suspiré-, tenía pensado irme al bosque, ¿suele haber vampiros por allí?

Salió el primero y cuando me di cuenta le estaba mirando el culo, asi que instantaneamente aparté la mirada y me senté lo mas rápido posible.

Estuvo sirviendo la comida, mientras yo lo hacía con la bebida cuando me dijo lo de la luna llena.

No se que decirte, soy practicamente nueva aqui, y no he salido mucho.- dije algo apenada, quería ayudarlo pero no sabía como hacerlo. - Luna llena? ese mito es verdad? - dije interesada mientras alcanzaba con la mano uno de los bollos.

Me reí ante su reacción.

-Créeme, no quieras estar cerca de un lobo joven como yo cuando hay luna llena. Con el paso del tiempo llegas a controlarlo, pero por ahora yo solo he podido controlar los días normales, y encima, pasé demasiado tiempo como un lobo. Esta noche... sé que voy a caer... -hice una pausa-. De todos modos todavía queda tiempo para eso, vamos a disfrutar del desayuno

Estaba disfrutando del desayuno mientras me contaba Chris sus cosas de conversión.

Solo una cosa más, que me parece de suma importancia y espero que no te moleste. Cuando es luna llena y te conviertes en lobito, eres agresivo o solo te convierte y punto??. - dije bastante intrigada, me interesaba bastante este tema quería conocerlo mejor.

Del desayuno ya estoy disfrutando escuchandote, - dije casi en susuros.

-Verás, apenas soy un bebé, o un lobito como tu dices-reí-, y cuando se es tan joven y te conviertes, tus instintos de animal actúan. ¿Qué hace un lobo cuando se da cuenta de que han invadido su terreno? Muerde, ¿Qué hace un lobo cuando tiene hambre? Muerde, ¿Qué hace un lobo cuando tiene ante si a la raza que más odia? Muerde.

Mientras pronunciaba la palabra "muerde" chasqueaba los dientes para dar énfasis a la historia. Después de una pausa pequeña en la que acabé con todo el zumo de mi vaso, continué:

-Lo peor de todo es que no tengo manada, y ellos serían los únicos de poder pararme los pies, de saber como me siento en todo momento...

Cada vez que decía la palabra "muerte" mis ojos parpadeaban ante el chasquido que daban sus dientes, y eso me hico bastante gracia.

Sentía bastante lastima por lo que me estaba contando, pero no queria que todas nuestras conversaciones fueran con esta tensión asi que fuí a quitarle un poco de hierro al asunto. - Claro, yo te lo preguntaba para irte a ver una ratito y acariciar tu melena lobuna, pero claro si me vas a querer morder.......-puse cara de niña pequeña y caprichosa, pero enseguida me reí. - Bueno tu puedes volver a crear una manada, aunque sea de personas, los amigos también pueden ser parte de familia.

Aunque en eso del control también tienes razón ellos te comprenderían y te calmarían, y eso no lo pueden sustituir las personas. - dije mientras le volvía a servir un poco más de zumo.
Empezé a pensar si mis habilidades valdrían también con lobitos como el que tenía delante, por que eso podría ser de gran ayuda para mi amigo, algún dia tendría que comprobarlo.

Reí a carcajadas.

-¿Acariciarme? Dios que simpática eres, cuando ves a un lobo lo último que quieres es acariciarlo. Lo primero de lo que te fijas de él; son sus ojos desafiantes y acto seguido no te queda más remedio que fijarte en sus dientes, los cuales, ya te habrá enseñado y, ahora no verías nada más porque te tocaría echar a correr. Bueno, siempre que hablemos de un lobo joven. Los adultos... si podrías acariciarlos. Así que, vas a tener que esperar a que crezca-reí otra vez-. Aunque no estoy muy seguro de a que edad se consigue ese autocontrol, la verdad es que ese detalle no me lo enseñaron. Sé que vivimos muchos años... muchos más que cualquier humano.

Reí a carcajada limpia por su comentario y con esto rebatí. - Bueno eso les pasa a las personas normales. - dije bromeando. - Además yo sabría que eras tu, asi que no me asustaría tanto, y también dicen que los lobos tienen una gran melena y eso sería en lo primero que me fijaría claro. Ya lo demás son pequeños detalles sin importancia,- dije con un poco de sarcasmo.- Bueno entonces esperaré a que crezcas, aunque también podría domarte,- dije con una pequeña risilla. - Tengo tiempo para las dos cosas. - Le miré mientras le daba un sorbo a mi zumo.

Tendría que ir poco a poco insinuando que no era normal como todas los humanos, sino era algo más especial, ya que él ha sido sincero desde un principio conmigo.

-¿Domarme? Vaya, vaya, que interesante se ha puesto el tema ahora. Así que te ves capaz de hacerlo-me crucé de brazos desafiándola-¿Vas a sacar un látigo o algo así?

El asunto se empezaba a poner más interesante ante las bromas que gastaba asi que seguí el juego.

Si lo puedo intentar, por que no? - dije haciendome la interesante. - Huy! el latigo me lo dejé en Colorado, asi que no vas a tener tanta suerte - reí.

Pero si quieres podemos buscar otra alternativa....... - Me quedé unos minutos con la cabeza apoyada en mi brazo y mirando al cielo haciendo que pensaba.- No se me ocurre ahora mismo nada. Pero se me ocurrirá - le dí un toque de misterio a la última frase y me volví a reir.

-Eres muy rara, ¿lo sabías?-me reí con ella.

Al fin terminamos de comer y la ayudé a recoger la mesa. Ella impidió que yo fregara los vasos así que me encargué de molestarla mientras ella lo hacía. Con total libertad le busqué las cosquillas.

No estaba muy seguro de si aquello que había dicho sobre domarme iba en serio, pero de lo que sí estaba seguro es de que me lo pasaba genial con ella y que si alguna vez ella tuviera que enfrentarse a mi lado malo, intentaría por todos los medios no dañarla. Intentaría dominarlo.

Gracias! No me lo dicen muy amenudo! - sonó en mi voz alegría pero es verdad, estaba alegre y ese comentario me lo tomé en broma, aunque de verdad que era un poco rarita.

Nos levantamos y fuimos a la cocina con todas las cosas y me puse a fregar, aunque Chris insistió no le dejé. - Aqui mando yo! -le dije a modo de sargento pero sonriente. Asi que como no tenía las manos ocupadas en fregar las empleó en hacerme cosquillas, y lo consiguió.

No no no,- dije entre una carcajada y otra mientras mi cuerpo se movia de un lado a otro sin parar. Noo! eso es aprovecharse que no te puedo atacar, o si? - dije mientra le dejaba la nariz llena de espuma del jabon que me estaba echando en las manos.

-Eso es trampa, has usado algo más que tus manos-aumenté la potencia del grifo. El agua chocó contra un vaso e hizo que nos salpicara a los dos por completo-. ¡Mira lo que has hecho!

Ella retiró lo más rápido que pudo el vaso, y fue más inteligente. Aprovechó que estaba lleno de agua y me la tiró encima, empapándome la camiseta. Yo no pude hacer otra cosa que reír, definitivamente me había ganado.

-Vale, vale, me rindo-dije levantando las manos-, ya me tienes dominado-volví a reír.

Estaba quejandose de las trampas, pero el me había pillado con las manos ocupadas asique no se podían llamar trampas a mi ataque. Mientras, una sensación resfrescante llegó a mi, era el agua que chocaba contra el vaso, asi que instintivamente lo aparté y para terminar de rematarlo le empapé.

Reí por como había terminado todo aquello - Te dije que algo se me ocurriría.- Cerré el grifo y dejamos la cocina, dirigiendonos hacia el salón.

Anda, quitate la camiseta para que se seque, te daré una toalla y buscaré alguna camisetas de esas grandes que uso para dormir. - dije mientras me iba a la habitacion. Me paré y le miré de nuevo de arriba a bajo para ver como le había puesto y otra carcajada salió de mi.

-No tiene gracia-reí.

Me quité la camiseta tal y como ella me había recomendado.

-¿Tienes secadora o algo así?-dije con la camisa en las manos.

Ella pareció pensárselo bastante hasta que al fin contestó: