Paseo por el bosque (LIBRE)

Dando un paseo en coche a toda velocidad por las afueras de Bloody Village para conocer mejor aquel sitio, me topé con un bosque. Parecía tenebroso a la luz de la luna y las estrellas, pero no tenía nada que temer. No había luna llena, así que lo más probable es que no me topará por allí con ninguna criatura, a excepción de algún que otro vampiro que habría ido allí a hacer una expedición de caza, en busca de algún conductor perdido.
Dejé aparcado el coche a un lado de la carretera y me adentré en la espeso bosque. Siempre me había gustado la naturaleza, aunque no lo pareciera debido a mi aspecto de chica acostumbrada a la ciudad.
A paso humano, caminé hasta un claro y me dejé caer en la hierba. Suspiré, tenía algo de sed, pero lo más seguro es que no hubiera ninguna tienda por los alrededores donde vendieran True Blood. No me gustaba alimentarme de humanos, prefería adaptarme a la sociedad sin llamar la atención. Además, sentía simpatía por los humanos, quizás debido a que no llevaba siendo vampira tanto tiempo.
De mi bolsillo saqué los auriculares de mi mp4 y pusé a todo volumen a Tiziano Ferro -siempre me había gustado el italiano. Quizás algún día lo estudiaría y me iría a vivir una temporada a italia. Total, era inmortal, tenía tooodo el tiempo del mundo- y silencié mis pensamientos al ritmo de "Sere Nere".

Había salido. A mi padre le había dado un ataque de ansiedad y después de dos horas había conseguido dormirle. Normalmente me hubiese puesto a boxear para desestresarme, o hubiese cogido mi coche y hubiese conducido sin destino; pero aquella noche sentía a la fiera rugir por dentro: quería salir.

Había ido a un bosque muy poco frecuentado, había dejado mi ropa escondida tras un arbol y me había transformado. Tenía la habilidad de convertirme a mi antojo, hubiese luna llena o no, eso era bueno o malo segun se mirase.

Mientras correteaba por ahí, trepando a arboles y cazando pequeños animales sentí una presencia. Todos mis sentidos se agudizaban bajo mi forma felina. Me acerqué con mucho sigilo, como solo una pantera puede hacerlo y observe a la criatura que estaba a unos metros de distancia.

Mientras escuchaba la siguiente canción del reproductor aleatorio "Non Me Lo So Spiegare", percibí el olor de un animal, quizás algún gato salvaje o algo por el estilo, aunque la fragancia tenía un matiz... ¿humano?

Me pusé en alerta. Quizás fuera un hombre lobo, aunque no había luna llena... Me incorporé a velocidad sobrehumana y entonces lo ví: una enorme pantera negra se encontraba a unos metros de mí, con sus ojos dorados fijos en mí. Espera un momento... ¿una pantera en el bosque? ¿No se supone que esos bichos viven en la selva o algo así? No tenía ni idea.

Guardé el mp4 en el bolsillo sin quitar la vista del felino y me acerqué unos pasos, con cuidado. Había leído en algún lado que las panteras eran peligrosas. Nada comparado con un vampiro, claro, pero mi intuición decía que ese animal escondía algo.

Se acercaba a mí y no pude evitar gruñirle, un gruñido gutural que hubiese echado atrás a cualquier humano pero no a un vampiro. Sólo había buscado un lugar donde poder correr libre sin temor a que alguien avistase una pantera en EEUU.

Ignoré su gruñido y me pusé de cuclillas a escasos metros del felino.

-¿Qué demonios eres?-pregunté. Si era una pantera de verdad, obviamente no me respondería ni se convertiría en humano ni nada por el estilo, pero igualmente me sentía como una imbécil hablandole a un animal que había salido de vete tú a saber dónde...

Este vampiro, fuese quien fuese, era una chica con suerte. Si hubiese sido yo una pantera de verdad o cualquier teriántropo con mas mala leche le habría volado la cabeza de un zarpazo a aquella distancia, y no exageraba. Me di cuenta de que no iba a conseguir nada quedandome ahí quieta, parecía que en cualquier momento iba a empezar a estirarme del bigote para ver si era de verdad. Di media vuelta y corrí hasta donde había escondido mi ropa. Me vestiría y volvería a presentarme a aquella chica, ya que lo quería con tanta insistencia.

En cuánto el animal dió media vuelta y se fue, no pude hacer otra cosa que quedarme embobada aún de cuclillas en el claro. Me senté y empecé a delirar.

-¿Panteras? ¿En un bosque? ¿Acaso me he vuelto loca? Fantástico, ahora tengo alucinaciones con animales de la selva... ¡Y encima hablo sola! Necesito un psicólogo... ¿Habrá psicologos para vampiros?-seguí mi incoherente monólogo- Maldita sea, me parezco a una vieja loca de esas que hablan hasta con las paredes... "¿Que demonios eres?"-imité mi voz comicamente-¿Qué esperaba que me dijera? ¿"Hola, me llamo Jack y soy una pantera"?

Me reí de mi misma y empecé a tener serias dudas sobre mi cordura.

- En realidad me llamo Madison, y tu eres? - dije arqueando una ceja. Me había puesto mis vaqueros y mi sudadera rosa de rams 43. Estaba acostumbrada a transformarme a mi antojo así que me había costado algo menos de medio minuto hacerlo. Le tendí la mano esperando su respuesta.

Había estado tan absorta hablando sola que no me había percatado de que una chica de ojos idénticos a los de la pantera había entrado en el claro. Me incorporé a velocidad vampírica en cuanto ella hablo.

-Dawn-respondí atónita, ¿existian los cambiaformas? Si no existían es que me había vuelto absolutamente loca. Estreché la mano de Madisson dos segundos después algo desorientada- Ella me miraba con una ceja arqueada. Se debía creer que yo era de pensamiento lento. O simplemente subnormal- ¿Qué se supone que debo creer que eres? Aparté de una pantera, quiero decir-sonreí, aún un poco alucinada.

- Yo soy teriántropa, me transformo en una pantera bajo la luna llena. Y tu debes de ser una vampiro a la que no le han explicado nada del mundo sobrenatural ¿me equivoco? - pregunté aún con la ceja enarcada.

A diferencia de otros vampiros no parecía la típica ávida de sangre, la típica que haría cualquier cosa por devorarme aquí y ahora, así que decidí ser amable.

- Este bosque solía estar vacío hace cinco años... veo que voy a tener que buscar nuevos lares donde corretear - dije sonriendo.

Mire la luna. Era creciente. Decidí no darle importancia, no quería ser una pesada.

-Me explicaron lo básico-respondí-. Nada sobre la existencia otras criaturas que se pueden transforman en animales a parte de los hombres lobo-reí. ¿Qué sería lo próximo? ¿Duendes? ¿Trolls? ¿Brujas? Prefería permanecer en la ignorancia- ¿Cuanto tiempo llevas viviendo aquí?-pregunté curiosa ante su comentario. Parecía una chica maja, a pesar de que estuviera hablando conmigo, una vampira inepta que desconocía totalmente la existencia de los teriántropos.

- Pues sí, existimos - miré mi reloj: las 3 y media. Mi padre seguiría durmiendo como un bebé - y hay muchas otras criaturas! Incluso yo dudo de la existencia de algunas! Pero los personajes de casi todos tus cuentos? Seguramente estaran más cerca de tí de lo que creas - sonreí - He vivido aquí hasta los dieciocho pero me fuí a estudiar a Los Ángeles y ahí me quedé siete años. Ahora he vuelto porque mi padre se encuentra muy solo - me mordí el labio - y tu? Llevas mucho en Cave Springs? Aún no conozco a nadie... supongo que los viejos amigos ya no se acordaran de mí! - puse una mueca.

La chica era agradable y una vez más, me parecio bastante ingenua para ser un vampiro. Podía ver algo de ¿bondad? Habían vampiros más benevolos que otros pero ninguno era bueno, todos mataban ¿no? Aün no la conocía pero pensé que aquella podría ser un vampiro con el que podía trabar amistad. Hasta la fecha siempre había pensado que aquello, no era posible.

Me quedé patidifusa unos segundos... ¿Qué más existiría? La curiosidad afloró en mi interior mientras pensaba en las posibles criaturas existentes.

-Me mudé a Cave Springs hace apenas hace un par de semanas-respondí con una sonrisa-. Antes siempre he vivido en Nueva York, pero decidí mudarme. Me apetecía cambiar de aires-mentí. No quería decir más de la cuenta, porque aún no sabía con certeza si los teriántropos eran de fiar. Igualmente la chica parecía de confianza y además muy simpática-. Yo aún no conozco a casi nadie-confesé sonriente.

- Pues si alguna noche te apetece hacer algo, soy de las que se acuestan tarde - sonreí.

Sabian que los vampiros eran por regla general bisexuales, pero esta chica no me lo parecía. De todas formas tenía mis métodos de defensa, y ahora ella los conocía.

- Yo vivía en Los Angeles pero tuve que venir con mi padre que está empezando a desvariar - fruncí los labios - He estado en Nueva York varias veces y la encuentro espectacular - sonreí - ¿en que zona vivías?

Sonreí ante su oferta. Desde que deje Nueva York ya no salía tanto como antes, me estaba empezando a volver una aburrida. Salir con Madison sería divertido.

-En la ciudad de Nueva York, a los alrededores del Empire State-sonreí-. Nueva York es una ciudad perfecta para los que son como yo. Ya sabes, lo llaman "la ciudad que nunca duerme"-reí-. Cuando era humana fuí a Los Ángeles, me encanta-dije recordando, risueña el sol de las costas de California. Echaba tanto de menos eso.

- y tanto que no duerme! Yo estuve una semana por trabajo y dormí una noche! - reí - Los Angeles me encanta... el sol, la playa, el mar, las olas... los surferos - le guiñé un ojo - eso si que es un lujo.

Reí, recordando uno de mis ligues de verano en Laguna Beach.

-¡Uh, sí, eso es un lujo y lo demás son tonterias! Cuanto echo de menos el sol-me lamenté-. Parece que fue siglos cuando iba a la playa a tostarme bajo el sol. No hay muchos surferos de noche, que digamos-sonreí guiñando un ojo.

Echaba muchas cosas de ser humana, pero lo que más, el sol. Siempre había sido una chica diurna y convertirme en vampiro me había dejado sin opciones respecto a ello.

Reí.
- La verdad es que no! Uff yo no podría ser un vampiro, no podría vivir sin mi adorado sol - sonreí - te gusta ser lo que eres? - pregunté ahora un poco más seria.

-Bueno, no está nada mal-respondí sincera-. Menos por lo de no poder salir a la luz del sol y todo ese rollo, además de lo de el deseo por la sangre. Pero por todo lo demás es genial...-dije sonriente- La inmortalidad, la sensación de poder, fuerza, velocidad... Todo tiene sus pegas, pero siempre es mejor ver el lado bueno de las cosas, ¿no?

Siempre había sido una optimista, y la inmortalidad no me había quitado eso.

-¿Y está bien eso de ser teri...?-intenté recordar como se había designado a si misma-¿Cómo era? ¡Ah, sí! Teriántropa-recorde, riendo- ¿Puedes convertirte en cualquier animal y en cualquier momento?

- Optimismo siempre - sonreí - siempre se vive mejor.

Yo era una optimista también, o al menos intentaba serlo. También era una realista y algunas veces las dos cosas no eran compatibles. Aunque ¿quien es realista en este mundo tan loco?

- Teriántropa, si - reí - o cambiante, es lo mismo. Es como lo de ser vampiro, pero desde mi punto de vista algo mejor. No me condiciona nada salvo la luna llena. Cuando hay luna llena el cuerpo me muta sin yo quererlo y es una pequeña maldición, pero lo puedo sobrellevar - sonreí - Yo solo puedo convertirme en lo que has visto antes aunque hay gente que se puede convertir en cualquier cosa. Ah y.. te puedo pedir un favor?

Vaya, parecía interesante eso de ser teriántropa/cambiante... ¿Habría más teriántropos en Bloody Village? Me apostaba el cuello a que seguro que sí.

-Claro, lo que quieras-respondí sonriente y curiosa por saber que querría Madd de mí.

Me mordí el labio.

- Podrías mantener mi secreto? Es decir, la criatura que soy? Que sepan que soy una, bueno, una pantera, no me gusta. Creen que no es posible porque parezco tan fragil y bla bla bla - sonreí - en realidad es que es una parte muy personal de mí, no se por que. No se lo he confiado a nadie a no ser que haya sido por accidente. Se acabará sabiendo, pero me gustaría alargarlo lo máximo ¿Podrás?

-Puedes estar tranquila, no se lo dire a nadie. Seré una tumba-dije sonriente u sincera mientras hacía un gesto de cerrar mi boca con cremallera-. Tampoco es que tenga a nadie a quién decirselo-confesé-. Desde que vine aquí solo he conocido a dos personas, a tí y a un vampiro llamado... ¿Cómo era?-intenté recordar- Humm, ah sí, Chris. Christopher Long.

Adoraba conocer gente y ampliar mi círculo, siempre he sido una persona muy sociable. Incluso aún siendo vampira.

- Conoces a Chris? - sonreí - yo le conocí el otro día. Un chico majísimo y, pese a que ya es un poco mayor, esta muy muy bien - sonreí con picardía - estuve solo una noche con él y me pareció un cielo - vi que puso una cara extraña - no pienses mal! - sonreí - una noche 'hablando', nada más.

Reí levemente.

-A mi también me parece muy majo... ¡Incluso le conté mi vida!-reí de nuevo- Bueno, y parte de mi no-vida-sonreí-. Tampoco es que yo lleve muchos años siendo así,-dije, refiriendome a mi vampirización- así que sobre eso no tuve mucho que contarle-continué risueña.