Hundirse o salir a flote (LIBRE)

Salí de casa casi corriendo. No podía respirar, todo era demasiado. Caminé y caminé hasta llegar a la iglesiay sin pensarlo entré. Con tranquilidad, entré y me senté en un banco cercano a una virgen. Respiré profundamente y la contemplé. Este ambiente me encantaba, la luz tenue, el silencio, los aromas... Orson Hewer, pecador dede tierna edad, en una iglesia. A mi madre le encantaban las iglesias, aun siendo vampira ella iba de vez en cuando. Nunca lo entendí, pero creo que ahora sí. Ella supo de la tormenta que iba a llegar aquel año y yo esta vez también los percibía. Mi propia tormenta. No de tales magnitudes como la de mi madre, pero también dolorosa. Presentía que algo gordo iba a pasar y que no sabría cómo enfrentarme a ello. No tenía el apoyo de nadie, estaba atado de pies y manos y privado de la libertad.
Una lágrima cayó sobre mi mejilla, con el dedo la toqué y la miré. No recordaba lo que era ser humano aún siendolo.

Desde el entierro de mi madre no había pisado la iglesia. De eso hacía ya un par de meses y aún dolía.

¿Qué hacía aquí? Supongo que esperaba algo de apoyo desde arriba pese a mi poca religiosidad, supongo que algo me decía que estar aquí me acercaba más a mi madre. En realidad había salido de mi casa sin saber donde dirigirme y en la iglesia de Cave Springs había acabado.

Llevaba unos minutos sentada divagando en mi mente, buscando recuerdos felices con mi madre. Mala idea: me entristecía más. Froté un par de lágrimas con la palma de mi mano y entonces escuché a alguien entrar. Me las froté con aún más ansia. No quería que nadie se apenase por mí.

Me levanté y pasé entre los bancos. Mire a aquel chico. No le conocía, o al menos no le recordaba. Entonces mi bolso se abrió y empezaron a caer cosas al suelo ¿Quién me mandaba a mí salir con un bolso roto de casa por muy bonito que fuese? Me maldije por lo bajo y me agaché a recoger todo. Sólo me podía pasar aquello a mí dentro de una iglesia, y tenía que pasar justo a el lado de él.

Me quedé unos largos segundos mirando aquella lágrima hasta que un ruido me interrumpió. A una chica se le había caido el bolso o algo así. No la ví al entrar a la iglesia, estaba demasiado concentrado en mis problemas. No me apetecía ayudarla a recoger sus cosas. Giré la cabeza hacia la chica y luego a la imagen de Cristo. Un pintalabios rodó hacia mis pies... ¿una señal? En estas situaciones siempre aparecían señales, más bien, cada uno ve señales donde no las hay. Tom`é el pintalabios y me acerqué a la chica.

- Creo que esto es tuyo, dudo que sea de ella - Miré a la virgen. -Tienes un poco de pintura por aquí - Se señaló la mejilla. La chica había llorado, deberían poner papel higiénico entre los bancos.

Suspiré y sonreí al oir su broma.

- Gracías - Dije cogiendole el pintalabios de la mano.

-Tienes un poco de pintura por aquí. - Se señaló la mejilla y me sonrojé. Debía de ser rimmel. Si pretendía que no se me notase que había llorado, lo había hecho muy mal. Me froté la mejilla y luego le miré. No logré descifrar que me decía su mirada.

- Siento haber molestado - dije. Sonaba a despedida pero sin saber por qué no me apetecía irme. Desvié la mirada pensando en lo extraño de la situación y al final me giré para irme. El chico debía de pensar que yo era retrasada.

La chica parecía nerviosa y se marchaba. Di un paso hacia ella.

- Me llamo Orson... No pienses que soy el monaguillo ni nada de eso- Me senté de nuevo. - Es raro ver a gente joven por las iglesias... Hay tanta soledad por aquí.

Miré a la chica, era preciosa. Pero no me preocupaba su belleza, solo necesitaba a alguien en este momento. Alguien normal, un humano... un confidente.

- No pienses que estoy ligando contigo - Sonreí -Sería el colmo hacer eso aquí.

- Me llamo Orson... No pienses que soy el monaguillo ni nada de eso. Es raro ver a gente joven por las iglesias... Hay tanta soledad por aquí. No pienses que estoy ligando contigo. Sería el colmo hacer eso aquí.

Sonreí y no era una sonrisa de cortesía.

- La verdad es que no me apetecía irme, pero haber alguien más por aquí me había puesto nerviosa - me mordí el labio inferior - me llamo Madison, encantada de conocerte 'monaguillo' - le guiñe un ojo y sonreí de nuevo - puedo sentarme? - pregunté.

- Claro, sientate - Le dejé sitio.

Llegó el silencio incómodo. Miré a la nada . [/b]- Me encanta la paz de este sitio... Oye, antes de nada... por casualidad no serás vampiro, ¿no? Creo que lo último que necesito ahora mismo es estar con vampiros, pero sin ánimo de ofender eh[b] - Estaba seguro de que no lo era, pero era extraña.

Negué con la cabeza.

- No. Estoy viva - sonreí - alguna mala experiencia con vampiros?

El silencio me ponía nerviosa, pero no sabía cómo preguntarle por qué le ocurría sin ser demasiado descarada. El chico era guapísimo, pero cómo él había dicho, lo último que necesitaba yo ahora era comerme la cabeza por chicos. O eso creía. No le recordaba cómo un antiguo amigo de Cave Springs. Tal vez fuese nuevo, tal vez era una desmemoriada. Espere a ver si había metido la pata con la pregunta. Jugueteé con un mechón de mi pelo mientras esperaba.

-Uf, pues menos mal eh- Me hizo una pregunta y la miré. - Digamos que... soy uno de ellos, pero sin el tema de la sangre y esa cosas. No quiero que pienses que soy un tarado pero... algo malo va a pasar en este pueblo. Y todo el mundo debería estar alerta, cuanto más viejos son los vampiros, más poderosos y pirados están. Y son realmente despreciables.

Me quedé de piedra tras lo que dijo y no sabía que decir. Sonaban a palabras de un loco pero él no me lo parecía. No entendí demasiado bien lo que quiso decir con 'soy uno de ellos, pero sin el tema de la sangre y esa cosas'. Habían tantas criaturas en este mundo tan surrealista que me creía cualquier cosa. Y cuanto más extraña, más posibilidades habían de que fuese de verdad.

- Vaya... no se cómo tomarme eso... - le miré a los ojos y ví que estaba preocupado, no estaba bromeando - a que te refieres con algo malo?

- Mira, te hablaré con franqueza porque creo que es importante que la gente sepa esto. Los vampiros, en este lugar, pueden llegar a ser muy peligrosos. No sé por qué, tengo ligeras ideas pero... no sé. Mira, esto sonará más loco aún, pero creo que en este pueblo la gente puede transformarse. -Tragué saliva. - Hay un vampiro muy peligroso rondando por aquí que ya los ha probado y no dudará en correr la voz.

Vale, ahora me estaba asustando.

- Cómo sabes tu todo eso? Con los vampiros hay que tener cuidado siempre pero si dices que hay uno más peligroso que cualquier otro habrá que hacer algo, no? - con todo el tema de los vampiros me había abstraído totalmente del porqué había ido a la iglesia. Tragué saliva cuando mencionó a los cambiantes. Se acabaría enterando antes o después, pero no iba a ser yo quien se lo dijese. - Nada es lo que parece aquí, Orson. Si sabes algo de ese vampiro peligroso creo que conozco a alguien que podría ayudar.

Estaba pensando en Chris él sabría qué hacer ¿no? ¿O mejor me quedaba con la boca cerrada?

- Estoy metido en el mundo de la política de los vampiros. He llevado temas importantes pero ya no soy el que era antes. La libertad de los vampiros es un tema delicado y no lo están llevando bien... - Intuía que la chica no se estaba enterando. - Mira, soy una especie de chico de los recados, el intermediario. Pero ahora soy una persona non-grata en muchos estados del pais. Soy un humano con mala reputación, me tratan de traidor.

- Vampiros peligrosos hay en todos lados, pero este es poderoso y nadie lo ha controlado, porque nada lo puede controlar. Sé que tiene algo planeado y cuando vengan más vampiros como él esto será el caos.

La chica dijo que conocía a alguien. - ¿Algún cargo? Porque no creo que quieran tratar conmigo - Miré a la Virgen y recordé todo el mal que hice entre los vampiros. Pero en ese mundo no vale el arrepentimiento. Que mi madre fuese un alto cargo en una Alianza me salvó de todos los males posibles, pero ahora solo tenía a Judah, o lo que es lo mismo, nada.

- Wow. Así que estas metido hasta el fondo... Si, es el sheriff de Caves Springs, acaba de llegar, pero no se muy bien como funciona todo esto de los vampiros así que no me hagas mucho caso ¿Porqué dices que no quieren tratar contigo?

Seguí su mirada y vi que miraba a la virgen. Me apetecía seguir la conversación, pero la iglesia cada vez me parecía el lugar menos aconsejado para hablar de todo esto.

- Maté a un sheriff en un mal momento. Él estaba enamorado de mí y cuando me prometí con mi novia la mató. Un año más tarde se vivió en Seattle una especie de guerra y dicho sheriff era clave en aquella operación, pero mi madre era un alto cargo y usó de su poder para que ahora mismo yo pueda estar aquí, vivo. Soy el bastardo nº1 entre los vampiros... - Miré a los ojos de la chica.

- Lo que aquí va a pasar va a perjudicar mucho a los vampiros, pero a los humanos lo mejor que nos puede pasar es la muerte. Si nadie detiene a ese vampiro este lugar será el infierno, asi que ten cuidado y difunde lo que te digo, porque dudo que los sheriffs hagan algo.Se acobardan ante él y lo ignoran, pero es importante saber quién ronda por donde vives.

- Gracias... supongo - ¿me estaba diciendo que lo mejor era que muriese? Eso eran palabras mayores para que lo dijera tan a la ligera. En realidad todo aquello me preocupaba. Yo no era una humana corriente pero eso no quería decir que no tuviese debilidades, que las tenía y muchas. Después de estar unos segundos pensativa sonreí - Has conseguido quitarme de la cabeza todo lo malo que rondaba por ella antes de venir aquí - no me apetecía seguir hablando de la gran guerra de la que nadie saldría así que decidí probar a concluir aquel tema - Yo no le diré nada a el sheriff, intentaré mantenerme al margen, pero si necesitas algo.. no soy tan frágil como puedo parecer - sonreí

Me dió la sensación de que la chica no había entendido nada. Quizás era lo mejor. La chica parecía valiente y segura de sí misma, pero no sabía lo que se le venía encima a ella y a medio pueblo.

- Gracias a ti por servirme de desahogo...- Me acerqué un poco más a ella y miré el reloj - Está anocheciendo, ¿te gustaría ir a mi casa y asi me cuentas un poco sobre tí? - Sonreí con coqueteo.

Miré yo mi reloj. Mi padre estaría viendo la tele y tendría que acostarle en cosa de una hora.

- Y si vamos mejor a tomar algo? Te puedo contar lo que quieras mientras, y tu me cuentas más cosas de tí que me tienes intrigada - le guiñé un ojo - te parece bien?

Era cierto, él me tenía muy intrigada, austada también, pero intrigada. Me apetecía conocerle mejor y saber si realmente era tan misteriosos como parecía.

No creía conveniente estrechar lazos con Madison además de que hablar de mis problemas no me causaba para nada desahogo, solo habia sido cortés. Hablar de mis problemas me causaba más tristeza y entraba en un estado depresivo bastante contagioso.

- La verdad es que... no, no me apetece ir a tomar nada, prefiero estar en casa- Entendí el que no aceptara mi invitación, pensaría que quería que nos acostasemos juntos sin conocernos nada - Dame tu móvil si quieres y saldremos algún día - Saqué el móvil. Necesitaba saber su apellido o todo esto no habría servido para nada.

Me pareció muy brusco el que cambiase de opinión tan repentinamente. Prefería estar en casa. Aquello era extraño y empcé a utilizar la cabeza: me propone ir a su casa, yo me niego, y el dice que ya no quiere ¿y para que quiere mi movil? ¿Para llamarme y ver si he cambiado de opinión? Todo esto empezaba a ser raro.

- La verdad es que sera lo mejor - me levanté y sonreí, esta vez algo falsamente. Le dí mi móvil de todas formas, siempre podía colgarle si se ponía pesado fuese la intención que tuviese - Ha sido un placer Orson.

- Perdona, de verdad, me has pillado en un mal momento... no pienses que soy un salido, solo necesito alguien con quien hablar. No me gustan mucho las multitudes... - Sonreí con cara de perrito abandonado.
Al guardar su número dió la casualidad de que ya tenía una Madison en la agenda. Así no tendría que mentir hasta en esto. - ¿Me dices tu apellido? Ya tengo una Madison y para no confundirme... - Dije mientras introducía el número.

- Hasta ahora no me habías dado esa impresión... - dije en cuanto nombró el adjetivo 'salido'. Entonces dijo que necesitaba alguien con quien hablar y que no le gustaban mucho las multitudes. Aquello explicaría el hecho de que no quisiese tomar algo. Empecé a plantearme el hecho de que aquel misterio que me intrigaba no fuese misterio del bueno. Me preguntó por mi apellido y no encontré ningun problema en aquello - Parker. Madison Parker. Espero que logres desahogarte Orson - sonreí a modo de despedida y caminé hacia afuera. Tal vez me llamase, tal vez no... ahora no estaba segura de si el hecho de saber de él fuese una buena señal.

Madison Parker. Era ella y se me escapó. Hace unos meses esto no me habría pasado, estaba perdiendo facultades, pero ahora es distinto, estoy recuperando mi humanidad... me estoy volviendo débil. Vi como se marchaba y suspiré. Aquella chica, al irse, no supo la suerte que tenía, de lo que se había librado. Era una teriántropa, estaba en mi lista, esta noche era la presa.

Me eché sobre el respaldo del banco. Pensaba en lo furioso que estaría Judah, quizá esta noche también me mordería... Miré mis muñecas, todavía tenía las cicatrices de la última vez. Contemplé como la chica salía de la iglesia. Esta noche ella no se vería las caras con Judah, pero si lo hacía ya estaría alertada y dudo que le pasase algo. Abrí el móvil y borré su número.

Cinco minutos más tarde salí de la iglesia.

Off: No se de que va toda tu trama pero me estas dejando alucinada Voy a seguir tus pasos hasta ver que tramas xDDD Me tienes intrigada de verdad jajaja Mua!

[Tranqui que aunque se me va la olla esto está to pensao xD]