Más que una visita, un hábito

Cada vez que visitaba a su madre en Englewood, antes de volver a Cave Springs, pasaba por el Rockin Café. Estaba contento, puesto que le había explicado a su madre que había conseguido un trabajo estable, tenía nuevo coche y se había independizado de casa de su padre. Intentó evitar hablarle de la situación de su antiguo marido que iba de mal en peor.

Entró al establecimiento con una sonrisa, pudiendo reconocer a su amigo y camarero en el lugar, Steve.
Tras entablar una pequeña conversación el camarero le informa de que todo el lugar está lleno, y que quizás debiera compartir mesa. Suspira y asiente levemente, caminando detrás de su amigo, en busca de aquella mesa que tendría que compartir.

Parece ser que se tendría que buscar alguna mesa en la que comer. Se mete las manos en los bolsillos de la chaqueta, pensativo. Observando los sitios libres allí, había una mesa de tres,en la que se encontraba una pareja, Devon no pensaba joderles sentándose junto a ellos, pronto encontró una mesa en la que podía sentarse.

Compuso una "sonrisa de buena persona" puesto que más le valía aparentarlo para que le dejaran sentarse en esta.
Parecía que la chica que se encontraba en la mesa acababa de llegar también, pero había tenido mayor suerte que Devon.

- Hola, soy Devon, ¿te importa si me siento junto a tí?- preguntó con tranquilidad, pero ante un pequeño silencio el chico le explica el por qué:

-Acabo de llegar.- Señalando con una mano la puerta. - Y bueno, parece que el Rockin anda hasta los topes.

Sonríe asintiendo, mientras se sienta. - Muchas gracias, nunca había visto este sitio tan lleno. -le informa, simple. Observa a su amigo Steve.
- Hey Steve, una cerveza por favor.- le pide rápidamente, por su cuenta.

Estrecha la mano de ella, dejando que algunos pensamientos de la chica fluyan dentro de él, pero con maestría los elimina de su mente rápidamente, intentando crear aquella barrera que bloqueaba la entrada de pensamientos.
- Encantado.- dice sonriendo levemente. - Si, suelo visitar Englewood por temas familiares.- explica.

- Si.- Asiente levemente. - Mitad de mi familia en Englewood y la otra mitad en Cave...- explica, evidente. Podía sentir que la chica tenía algo de ansiedad o nerviosismo, pero no podía demostrarle a una desconocida así de pronto su don. - Si, aunque tengo aquí a mi madre solía vivir con mi padre en Cave, hasta que conseguí piso en las afueras.- comenta, sonriendo.

Asiente levemente cuando ve que Steve llega con ambos pedidos. - Gracias.- dice, educado.
-Vaya, estudiastes fuera?- con interés. - Yo no conseguí salir del pueblo, pero bueno, tengo un buen trabajo y me pagan decente.- comenta riendo.

Suelta una pequeña risa, asintiendo levemente, probando un poco de su cerveza. - La verdad es que es un lugar que tiene un "extraño" encanto.- comenta, jugando con el cuello de su botella.
- Parece como si no pasara nada por el lugar.- casi irónico, pero así veía la gente Cave Springs y Englewood, dos pueblos alejados en los que desconectar. Básicamente Devon veía aquellos dos pueblos como un nido de chupasangres y diversas criaturas más.

Asiente levemente, con tranquilidad, tomando de su botella. - La verdad es que el que no pase nada normal es muy beneficioso para que pase algo divertido.- le comenta, evidente. El chico había conseguido trabajo por el hecho de que aquellos vampiros existían, los odiaba, pero eran la razón por la cual ya podía alejarse de la vida que lo estaba atrapando.

Se encoge de hombros, la emoción nunca había estado presente en su vida hasta que había sido llamado para formar parte de la hermandad del sol.
-Si te soy sincero... me divierte la sensación de peligro.- le explica. - aunque directamente odio a los chupasangres.- le informa, evidente, tenía que recalcarlo. Mucha gente pensaba que al gustarle el peligro también le gustaba que un tipo con colmillitos le mordiera el cuello. - A demás, creo que hay mucha gente en el pueblo con dones, ya me encontré con varios.- le informa.

- Tienen que hacer daño, es su naturaleza.- le explica, seguro de ello. - Yo de momento no me he topado con muchos vampiros, pero uno de ellos me hizo un par de cicatrices en el cuello que yo desde luego no quería.- le informa, con tranquilidad, tomando de su cerveza.
Podía sentir que no le era fácil entrar en la mente de ella, seguro de que no era una humana común. Dispuesto a saberlo le pregunta alzando una ceja:
- Y creo que tu tienes algún don especial verdad?

Asiente lentamente, con tranquilidad, mientras toma de su cerveza con lentitud.
Clava su mirada en ella, sus sospechas eran ciertas, escucha su pregunta y se encuentra dispuesto a descubrirle su secreto.
- Yo... soy un vidente.- le informa.

Niega levemente. - Intento meterme lo menos posible en la mente de la gente.- le informa, con tranquilidad. - Créeme, al comienzo está bien, pero luego descubres que hay cosas que no te gustarían saber.- le explica.

- Y además eres una teriántropa, no puedo leerte la mente con facilidad, me es imposible.- comenta. - Si que si te palpara con las manos, no se... si te cogiera por ejemplo una mano entonces podría ver cosas con más facilidad. - tomando otro trago. - Ahora sólo puedo sentir tus sentimientos.

Toca su mano con delicadeza y para enfatizar la visión cierra ambos ojos. Siente un pensamiento, un impulso, de algo que nunca había sentido con ninguna otra persona. Es un impulso parecido a desatar una locura, desatar la libertad, lo interpreta más o menos como quiere:

-Creo que quieres convertirte... ¿No es así?

Abre ambos ojos, clavando su mirada en ella, mientras suelta la mano de ella.