Consecuencias.

Llegué después de tres horas a casa de Madison. Llamé pero nadie contestaba. Pasé diez minutos sin que nadie contestase pero no me asusté. Pensé que no querría saber nada más de mí asi que me fuí. Al cabo de dos horas volví. No tenía donde ir, no quería volver a casa de Judah y además Madison tenía mi mochila. Aproveché que un señor salía del edificio para colarme. Al llegar a la planta vi la puerta de la casa abierta. Me acerqué y me asomé. Todo estaba en silencio. Inspeccioné la casa hasta llegar a la habitación del padre de Madison.

Madison y su padre estaban pálidos, tirados, sin signos de vida. Corrí hacia Madison nervioso.

- ¡No!... ¡no! - Grité con voz temblorosa. La cogí entre mis brazos y contemplé ante mi sorpresa que estaba viva. La dejé con cuidado en el suelo y fui a comprobar cómo estaba su padre. Vi que estaba muerto y corrí a la habitación de Madison, a por mi mochila. Saqué el móvil y llamé a la policía mientras volvía a por Madison. Levanté como pude las piernas de Madison mientras hablaba con la policía.

Ya estaban en camino. Mientras seguí con las piernas de Madison en alto.

- ¡Madison! Por favor, despierta, despierta - Miré al padre de Madison. No parecía haber sido Judah, no era su forma de actuar. Eso me causó alivio.

La policía llegó. Llevé a Madison a su habitación mientras ellos se encargaban del cadaver. Tuve que salir y contar lo sucedido. Se llevarían el cuerpo y le harían la autopsia, quizá llamarían a Madison para testificar. Al cabo de treinta minutos Madison salió de su habitación .Estaba inmóvil, tiritando y llorando. Me acerqué a ella y la abracé. Cogí su cara con las dos manos y la miré a los ojos.

- Apenas vivía cuando estaba vivo, Madison - Dije con tristeza.

En un momento fui a su cuarto y agarré una manta. Se la llevé y se la puse por encima.

- Ahora tienes que relajarte- Me acerqué a la cocina y le traje un vaso de agua. La llevé hasta el sofá, donde un forense le hizo a Madison unas preguntas. Ya habían terminado, se llevarían el cadaver en breve.

Puse mi mano sobre la espalda de Madison y la froté suavemente.

- Judah no hace las cosas así. Nunca dejaría a su víctima muerta... Dudo muchísimo que haya sido él

La policía se iba y me levanté para despedirlos. Se llevaron la bolsa con el cadaver y mientras salían dieron el pésame a Madison.
Me volví a sentar con ella.

- Lo siento... lo siento mucho... Sé que Judah no lo ha matado, pero no digo que no esté involucrado en esto- Me acerqué y la acogí en mis brazos. - Me siento tan culpable...- La miré a los ojos - Si quieres estar sola o que me vaya o que no vuelva más lo entenderé...

- Es verdad, puse la casa patas arriba para encontrar tu bolso y no lo encontré. Supuse que te habías confundido y que no lo habias olvidado... Todo esto es por mi culpa, solo te traigo problemas. - Me froté los ojos. - No sé como ayudarte, por favor, dime qué puedo hacer... Cuando mi madre murió estuve casi dos días tirado en el suelo de mi casa, cuando era pequeño siempre estabamos en el suelo jugando y esas cosas... luego de estar en el suelo me di un largo baño en la bañera de su cuarto de baño... hice todas las cosas que a ella le gustaba hacer - Cogí la mano de Madison - Cuando mataron a mi prometida busqué al asesino y lo maté. El castigo a eso fué Judah... En lugar de meterme en la cárcel o algo así, me llevaron con Judah - Le retiré la manta de por encima a Madison y me la pasé por encima para que nos cubriera a los dos por la espalda. - Si estás pensando en venganza... a veces la venganza te puede patear el culo.

Tragué saliva. - Claro... claro que es él - Bajé la cabeza, me estaba agobiando mucho. Madison me cogió de la barbilla para mirarme. Noté mis ojos vidriosos y volví a tragar saliva. - No... No lo sé. No sé que es lo que realmente quiere. Tampoco se que es lo que debemos hacer... matar a un vampiro trae graves consecuencias y matar a Judah no sería trabajo fácil - Sería imposible. Además yo tendría que morir antes. intenté animarla un poco - ¿Por qué no llamas a algunos amigos? Yo haré la cena si quieres.

Me quedé viendo cómo lloraba. La observaba y encontraba en ella algo sobrenatural, mágico. De pronto me entró calor, suspiré y me levanté casi saltando. Extendí mi mano para que Madison se levantase.

- Vamos- Dije con mis labios sonriendo. - Trabajé durante tres años en un restaurante de comida italiana- En la cocina, busqué por todos los armarios para conocer un poco la cocina y saber qué alimentos tenia Madison.

- Hace años que no cocino en condiciones. Como fatal, pero hoy te prepararé algo- Me agaché y busqué en otra puerta. Me quedé pensativo y me levante inmediatamente. - No serás judía, ¿verdad?

Sonreí al ver que estaba un poco más animada - Menos mal... mi prometida era judía y cuando falleció su hermano hizo la shivá.- Saqué un paquete de espaguetis - No pude verla durante tres días porque tenía que quedarse en casa, de luto, sin cambiarse de ropa. Tampoco podía sentarse en sitios altos y tenía que comer comida que ya estuviese preparada- Le acerqué un par de tomates a Madison - puedes ir cortándolos... bueno, el caso es que eso dura un año. Estuve un año que la vi poquísimo, ella no podía ni salir a divertirse - Le contaba mientras preparaba los espaguetis.

- Claro que no. ¿Dejarias tú a la persona que amas por eso? Nos vimos poco, pero la quería igual... o más. A veces verse demasiado sí que puede ser un verdadero problema. Pero ella... era el amor de mi vida. Desde el día que la vi supe que acabaríamos juntos.- La miré y sonreí. - ¿Y tú? ¿Has estado alguna vez enamorada?

- Vaya, ¿has vivido en Los Ángeles?- Madison parecía tener bastante mundo pese a su apariencia de niña - ¿Eras presentadora de televisión o qué?- Dije riendo.

- Me hubiese encantado seguir estudiando en la universidad. No pude terminar mi carrera de economía- Seguimos preparando losespaguetis mientras nos conocíamos más. Habia conectado muy bien con Madison, le cogí mucho cariño en unos días.

- Llevo casi una semana en tu casa y no se casi nada de tí... ni tú de mi... ¿cuántos años tienes? ¿qué te gusta hacer? ¿tienes hermanos?- dije entre risas.

- Bueno... mi vida es bastante peculiar. Nací en Seattle, mis padres se divorciaron y yo me quedé con mi madre y mi tía. Un vampiro se enamoró de mi madre y la convirtió en vampiro. Mi tía se quería morir, dijo que mi madre fue secuestrada y mil barbaridades más. Pero el caso es que a mi madre le gustó ser vampiro... Era un poco rara.
Mi tía me abandonó a los pocos meses, me quedé solo en mi casa. Pero mi madre volvió a por mi. Resultó que el vampiro era bastante importante asi que me acogieron.Estuve haciendo trabajillos burocráticos para vampiros, pero también vivía mi vida normal, mi vida humana. Fui a la universidad, conocí a mi prometida... Hasta que... bueno, pasó lo que pasó. Y además eso se juntó con las revueltas contra vampiros en Seattle. - Seguí preparando la salsa.

- Ahi fue cuando me llevaron con Judah. Poco después murió mi madre y tuve que seguir a Judah a todos lados. - Sonreí sin querer, luego me giré a coger otros ingredientes - He vivido en Nueva Orleans, Copenhague y también he estado en Sudáfrica. Y ahora estamos aquí, el sitio más perdido del mundo - Dije riendo.

- A mi... no me gustan los coches, ni las motos... - Volví a reir. - Me encanta la música en vinilos. Tengo una caja llena. También me encanta leer. Pero lo que más me gusta es nadar. En las afueras de Copenhague habia un lago genial al que íbamos casi todas las noches.- Terminé de hacer lo espaguetis y los serví en dos platos.

Llevé los platos a la mesa. - Tengo 26, dentro de dos días 27. Pero no suelo celebrar mis cumpleaños. Ni tampoco me gusta el café - Dije señalando una cafetera que parecía bastante usada. - Y soy un maniatico de la limpieza. - Dije mirando los platos del fregadero.

- A ver qué te parecen mis espaguetis

- Desde que estoy con Judah no celebro nada. Antes me encantaba la Navidad. En la familia de mi prometida era tradición cazar un pavo y cortar un abeto. Lo haciamos todos los años, me encantaba. - Me senté en la mesa con Madison. - Ahora lo encuentro absurdo - Dije con una risa forzada.

- Venga, pruébalo - Dije mirando los espaguetis.