El cobertizo

Dejé el coche justo en la puerta del cobertizo. Entré para comprobar el estado de este. Encendí la luz que parpadeaba de vez en cuando, todo estaba tal y como recordaba, pero lleno de suciedad. Me dirigí hacia una esquina y busqué por el suelo, buscando la puerta que conducía al sótano.
Cuando la encontré abrí rápidamente y bajé. Encendí la luz, aquel sitio era asfixiante. Era como una especie de cárcel estrecha. Dos pequeñas celdas a cada lado de un pasillo. Las paredes eran de ladrillo y el suelo estaba recubierto de paja.
Salí a por Madison y Travis. Comprobé como seguían inconscientes. Saqué primero a Madison y la metí en una celda. La desaté por completo. Luego lo hice con Travis, pero parecía despertarse, asi que solo le quité la mordaza. Los metí en celdas separadas pero cerca el uno del otro, solo le separaban una fila de barrotes.
Dejé la luz encendida y salí del sótano.

Desperté aturdido, confuso. El ambiente era frío y húmedo, intenté moverme pero no pude, estaba bien atado. Me di la vuelta y miré alrededor, cada vez veía mejor, menos borroso. Miré al frente y vi a Madison tirada en el suelo.

- ¡Maddy! - Dije con la voz algo cortada - ¡Madison, despierta! - Me acerqué a los barrotes todo lo que pude - Jo-oder... - Dije tembloroso - ¡SILAS! ¡Pedazo de hijo de puta! - Me retorci intentando desatarme, pero todo esfuerzo era en vano.

- ¡Vamos, ven! Desátame, me estoy agobiando demasiado... Todo esto es por Orson, seguro que es por Orson... debí vender la casa, nunca tendría que haber venido aquí... ya me dijeron que este lugar trae problemas ¡SILAS! ¡Hijo de puta! - Grité furioso. Miré a Madison con desesperación - Me dijeron que no nos pasaría nada. Silas me dijo que solo quería hablar contigo, que no le estaba permitida la entrada al Darknes...

- Perdona, cuando el asesino de Judah, un vampiro con más de 200 años y sheriff de un sector de Connecticut, me pegó y amenazó mientras iba camino de casa, no puede poner mayor resistencia ¿vale? - Dije sarcástico y malhumorado - Pensé que sabías que este vampiro mató a Judah - Sonreí falsamente mientras por fin me liberaba de las cuerdas de las manos - Gracias... - Dije con la boca pequeña - Si estás aquí es porque estás con Orson- Dije mientras me desataba los pies - Si te saqué del bar era porque no quería morir... Tú estarías aquí igualmente- Alcé la mirada a Madison - ... ¿que te pasa?- Dije serio, pero estaba preocupado.

Cada vez estaba más mosqueado y nervioso - No-no empieces a picarte. Lo que quiero decir es que... que yo no tengo la culpa de que estés aquí- Me puse de pie y me agarré a los barrotes - Por si pensabas echarme la culpa...

Dijo que nos sacaría de aquí y no pude evitar reirme - ¿Quién te crees? ¿Xena la guerrera?- Solté una carcajada. Luego Madison volvió a marearse - Joder tía... ¿quieres sentarte un momento? Te han dado un buen golpe en la cabeza

Abrí la trampilla y di un salto al sótano, sujetando un par de mantas - ¡Buenas noches! - Dije sonriente - Os veo bastante bien... - Me paseaba - ¿Qué tal Travis? ¿Te has pensado lo que estuvimos hablando?- Travis me escupió y yo di un pequeño salto hacia atrás - Wow... creo que te has quedado sin manta- Me dirigí hacia Madison - ¿Qué tal tú, Madison?

Sonreí - Sabes... tengo todo el tiempo del mundo, pero tú no. Si colaboras saldrás de aquí rápido, tú decides - Miré a Travis - Lo mismo te digo, chaval. Tus "poderes"- Hice un gesto de burla con las manos - de poco te van a servir aquí- Me dirigí a Madison - ¿Te ha dicho ya que le gustas? Me lloriqueó un buen rato sobre tí - Reí - Te quejarás ¿eh, Travis? Unas vacaciones con la chica que te gusta... ten cuidado donde cagas, porque este sitio no está muy aireado- Volví a reir, con más fuerza - Hoy os habeis quedado sin mantas... una pena. Mañana vendré a la misma hora. Quizá con algo de comida- Les guié un ojo - Os dejaré la luz encendia, para que podáis planear como salir de aquí- Sonreí - ¡Buenas noches!- Salí del sotano con las mantas.

Permanecí callado ante la presencia de Silas. Cuando Silas dijo que Madison me gustaba la miré al instante para luego agachar la cabeza. Cuando Silas se marchó suspiré y me tiré en el suelo ¿Por qué, por qué, por qué?- Dije en voz baja. Miré a Madison - Díselo, dile dónde guarda Orson las llaves... - Quedé un rato pensativo - Pero... ¿no las lleva consigo? ¿por qué no va a por Orson en vez de ir a por tí? Esto... es surrealista

- Como te dije... tú y yo estamos aquí por motivos distintos... Aunque Orson esté en medio. No tienes que sentir nada - Me quedé callado, pensando. De repente me puse a dar patadas a las rejas, las agarré e intenté moverlas, pero no sevía de nada - ¡JODER! - Me senté en un rincón y miré a Madison - Yo sé qué son esas llaves. Me extraña que tú, viviendo con Orson, no lo sepas... porque no me mientes ¿no?

- Abren cobertizos. Pertenecían a Judah y estaban repartidos por todo el país. Creo que ahora quedan sólo tres. Judah guardaba allí sus pertenencias más valiosas... y parece que Orson se ha proclamado dueño- Puse una mueca de desagrado - La codicia nos puede a todos por igual... - Me quité el jersey y se lo pasé a Madison entre los barrotes - Toma, te vas a congelar

- ¿Qué vas a hacer?- Me puse el jersey y me giré - No creo que ponerme cachondo me vaya a calentar el cuerpo entero - Dije bromeando - La humedad es bastante extraña aquí. Esto debe ser el bosque... no estamos muy lejos del pueblo

De acuerdo... - Esperé un rato hasta que oí ruidos extraños. Me di la vuelta sin poder remediarlo - ¡JODER! - Corrí hacia un rincón - ¿¡PERO QUÉ COÑO!?

- ¿ERES UNA CAMBIANTE? - Dije escandalizado - ¡Joder, eres la pantera de mi alucinación! Por eso reconozco este lugar... ¡Joder! ¡ya sé donde estamos! - Contesté alterado. Mi respiración iba demasiado acelerada - Lo siento, tengo cierto reparo en tratar con cambiantes... no sé si lo podré aguantar mucho más - Me apoyé en la pared, con la mano en el pecho, tratando de respirar