El cobertizo

Puse mis manos en su espaldas y la acaricié. Fui bajando hasta llegar a su ropa interior. Con las manos tocando su piel, la desvestí suavemente. Acerqué mi cuerpo al de ella y la abracé fuertemente.
Aún no lo creía, estaba haciendo el amor con Madison tras estas semanas sin dejar de pensar en ella, no sabía si esto también era producto de mi cabeza, no sabía si esto era real, si estaba bien... sólo lo disfruté. Nunca olvidaría esto, nunca olvidaría a Madison en esta situación, en este lugar.

La abracé y nos encogimos. Agarré como pude mi jersey y lo eché por encima de Madison.

Estuvimos así un buen rato hasta que empezó a hacer frío - Maddy...- Susurré y levanté un poco la cabeza para ver si estaba despierta - Deberíamos vestirnos, hace frío

Me vestí mientras ella también lo hacía. Vi como estaba acurrucada en sus rodillas. Fui hacia ella y me agaché - Ven, nos daremos calor el uno al otro- Extendí un brazo y se echó sobre mi pecho, apoyé mi cabeza sobre la suya y froté su espalda - ¿Quieres que... quieres que olvidemos todo esto? Lo entendería si fuese eso lo que quieres- Dije mientras estabamos acurrucados

- Sonará mal pero... sé el efecto que causo entre las chicas- Reí - Nunca llega a más que la atracción y tú... tú quieres a Orson, estás enamorada de él. No puedo hacerle más daño del que ya le he hecho, seguro que él también te quiere a tí, no tengo duda... esto... es una putada para todos - Levanté la barbilla de Madison hacia mis ojos - Me siento responsable de todo esto, asi que... haré lo que tú quieras y aceptaré lo que decidas

- Verás... hace años decidí buscar a Orson. Joder, es mi hermanastro, tenemos al mismo padre... sabía lo de su madre, lo de los vampiros... y no sé, quise buscarlo, quería que supiese que tenía una familia... años más tarde empecé a tener las visiones, parecía que me indicaban un camino, y lo seguí. Así conocí a Judah y por lo tanto a Orson. Nunca le he caido bien, creo que nunca hemos hablado mas de cinco minutos - Reí - me convertí en un grano en su culo. Judah estaba muy interesado en mis visiones y nos hicimos amigos, o algo así. Orson estaba en contra de eso, de que yo estuviera ahi y luego... bueno, hizo todo lo que pudo para sacarme de en medio, y lo consiguió. Dijo que yo estaba enfermo, que mis visiones no eran reales, que yo no era ningún vidente o algo parecido. Yo era una mosca cojonera, un pesado... y bueno, hice cosas de las que me arrepiento. Asi que si se entera de que me gusta su novia...

- Digamos que... he usado mis visiones como trabajo. Orson siempre me ha atacado por eso, siempre diciendo que lo mio no era real, que era una enfermedad... y yo pues, me he defendido siempre. Lo he dejado en ridículo millones de veces... hasta que me di cuenta de que quizá tiene razón. Verás... no siempre he sido ciego de un ojo, esto apareció hace casi tres años... ¿recuerdas cuando empecé a sangrar en tu casa? Eso no fue nada - Sonreí - Pero no creo que esto sea una enfermedad. Es un don, y tiene sus contras, asi que decidí dejar de usarlo para sacar dinero... pensé que esa era la razón por la que mi salud empeoraba- Reí - que esto iba como el karma, si lo usaba mal tendría consecuencias

Reí - Son flashes, imagenes... me es muy dificil descifrarlas. Aquella noche, en tu casa, vi a una pantera, te vi a tí. ¿Cómo iba a saber que tú eres una cambiante?

- Hago el mismo trabajo que un oficinista - Reí - Solo que trabajaba para un vampiro...- Suspiré - He estado viviendo en una sociedad especial, donde las criaturas pueden salir libremente y los cambiantes... bueno, solo sois otras criaturas más. Es un mundo salvaje, Maddy - Sonreí

- Creo que no tenemos la suficiente confianza como para contarte mis experiencias sexuales - Reí - Digamos que es un pequeño trauma, pero he dado un gigantesco paso haciendo el amor contigo - Intenté hablar sin decir palabrotas, lo que me costaba muchisimo, todo por no perder ese ambiente romanticón que desprendía Madison.

- Cuando consiga todo lo que quiera... Madison, tienes que recodar, pensar en esas llaves... quizá recuerdes haberlas visto en algún sitio - Suspiré de nuevo - Yo... no sé qué voy a hacer. De todas formas tenemos todo el día de mañana para intentar salir de aquí. Será mejor que durmamos un rato- La abracé fuerte

Eché mi cabeza sobre la pared y miré al techo mientras Madison se iba quedando dormida. Yo no pude conciliar el sueño, aquella noche había sido la más extraña de mi vida, me quedé en vela durante el resto de la noche.

Parecía que estaba amaneciendo. No lo sabía con certeza pero habían pasado ya varias horas y el ambiente estaba más húmedo. De repente. empecé a sudar, me empezó a entrar calor

- Joder... no...- Retiré a Madison de entre mis brazos y la dejé cuidadoso en el suelo. Fuí hacia los barrotes y me agarré a ellos. Noté como la sangre circulaba con más fuerza por mi cuerpo, me estaba poniendo rojo de calor y notaba como mis ojos parecía que iban a explotar. Entonces, vi varias escenas, tuve nuevas visiones.
Caí de rodillas, empapado en sudor. Continué agarrado a los barrotes mientras se me pasaba el sofoco.

Aparté despacio sus manos - Nada, tranquila - DIje algo nervioso, evitando mirarla a los ojos - Es solo que... Este lugar me produce claustrofobia, llevamos muchas horas aquí y - De repente noté la sangre saliendo de mi nariz - joder...- Pasé un dedo por la sangre y me la miré como acto rutinario. Me dirigí a Madison serio sin dejar de estar preocupado - Tenemos que salir de aquí

- ¿Solo sabes transformarte en pantera? Conozco a cambiantes que tienen varias formas- Dije mientras me levantaba - Quizá deberías intentar transformarte en otro animal- Agarré la barra que estaba en el suelo tirada y me resentí de mi hombro - Voy a intentar abrir la trampilla - Fui a la celda de Madison, que estaba más próxima a la trampilla y pasé el barrote hacia fuera. Lo sujeté bien fuerte justo debajo de la puertecilla y levanté de un golpe brusco. La trampilla sufrió daños, no parecía muy gruesa. Levanté de nuevo el barrote rompiendo por fin la puerta - ¡Joder, sí! - El barrote se me resvaló de las manos pero no quedó muy lejos. Intenté asomarme entre los barrotes para ver a través de la trampilla ya rota - No veo nada, no sé si habrá ventanas ahi arriba