Rest with me, until the sun rise, and more (Hayde)

Llegaron finalmente de nuevo a la mansión del enviado, siendo escoltados desde la entrada por dos guardaespaldas con aspecto rudo pero del todo convincente para God Sent.

Llegaron a lo que era su despacho/habitación en la cual se encontraba el gran ventanal que daba a los bastos terrenos también del joven enviado. El chico antes de desplomarse sobre la cama fue directo a su escritorio de donde sacó un pequeño colgante con una piedra roja.

Se acercó a su amada y le pidió que se diera la vuelta, mientras colocaba con sutileza y ataba aquel colgante al cuello de ella. -Es sangre de vampiro cristalizada.- le explicó con tranquilidad, cuando ya hubo dejado el colgante descansar en Hayde dió un pequeño beso a su ya humano y algo colorido cuello. - Feliz San Valentín.- le susurró al oído, sonriendo levemente.

Ya habían llegado, y ni bien dió un paso dentro de la casa, ya sintió la inseguridad de los guardias. De todos modos, siguió hasta el cuarto de God Sent, de su mano. Cuando llegaron, le hizo darse la vuelta, y ella impaciente se mordió el labio de abajo, pensando que podría ser. Pronto sintió algo rozar su cuello, deslizarse por este, y tenía un nuevo collar.

Al verlo desplomarse sobre la cama, Hayde se hizo un hueco a su lado y se sentó. Se estiró hasta besar varias veces sus labios, y nuevamente se acomodó, como tan tímida. - Hoy es el mejor San Valentín de mi vida. - Dijo, con la voz algo apagada por la timidez, y acarició su mejilla.

Se dejó besar por ella con tranquilidad, quizás algo cansado por lo que había hecho aquel día, donar parte de su sangre a ella, succionar quizás demasiada sangre de una ex-vampiro. Pero aquello daba igual, ahora estaba contento de poder saber que mañana por la mañana ella sería de nuevo bañada por la luz diaria y que sin duda se sentiría genial.

- Me alegro, igual es el mío.- le comentó mientras le agradecía aquello con un par de besos, lentos y gustosos.

Sintió sus besos, lentos, pero tan deliciosos. Los respondió algo nerviosa, detestaba ese lado suyo, de tímida y palomita blanca, pero no podía hacer nada para remediarlo. Pronto se recostó a su lado, sin detener el beso, y poco a poco se separó de sus labios, acariciando su mejilla, que estaba de un color normal a diferencia de los pómulos de Hayde, de un color rojo fluorescente.

_Te amo. - Fue su lento susurro, apoyando su cabeza en el pecho del enviado.

Observó cómo se sonrojaba y sonrió, amaba sentir aquello y verla ya humana.

Escuchó su declaración de amor y poco a poco, acariciando los sedosos cabellos de ella fue llegando a aquel estado de sueño que sin duda estaba pudiendo consigo demasiado rápido.

Se quitó de a poco los tacones, y estos rebotaron contra el suelo. Sus pies le dolían bastante, y recien se daba cuenta. El dolor calmó de a poco y pronto, pasando sus dedos entre uno de los cabellos oscuros de su amado, comenzó a cerrar sus párpados, y pronto el sueño la venció en sus brazos.

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Lo primero que hizo Hayde al despertar, fué abrir los párpados, claro, y echarle una mirada al lugar. Unos liigeros latidos y una respiración la hizo darse ligeramente la vuelta. Se había despertado antes que su amado, por primera vez. Sonrió ganadora, y le besó ligeramente una mejilla.

_Ou yeah, Enviado... ¿5? ¡Hayde, 1! - Soltó una pequeña risita, y descubrió que seguía en sus brazos.

Durmió plácidamente, sintiendo la cabeza de Hayde reposar en su pecho, hasta que pronto sintió la nueva calidez de un beso de ella, haciendo que el enviado remoloneara, no le apetecía del todo despertarse, pero pronto debería hacerlo para prepararse para su día.

Abrió los ojos levemente mientras escuchaba sus palabras. - Sigo ganando yo de todas maneras.- soltó con divertida arrogancia, mientras observaba cómo el sol había salido ya de su escondite y bañaba a Hayde con una magnificencia maravillosa.

Sonrió embobadamente ante su respuesta. - ¡Hey! ¡No es justo! ¡Yo dormía de día! - Soltó una risa, y pronto se acomodó en su pecho de nuevo, abrazándolo. Cuando miró al ventanal, entrecerró los ojos. Soltó un pequeño quejido. Casi no podía ver así, por eso se dió la vuelta de nuevo. Amaba el sol, pero no en exceso.

Lo miró a los ojos por un largo rato, esos ojos azules tan hipnotizantes, tan difíciles de expresar con palabras.

Sonrió con tranquilidad observándola, ya acostumbrado a aquella luz. -Hoy abre las puertas el instituto del sol y tenemos que estar ambos presentes.- le dijo sonriendo. -Espero sepas llegar hasta él, te esperaré en el edificio principal.- dijo dándole un pequeño beso antes de desaparecer.

(Abre otro post donde quieras diciendo que ya han pasado un par de semanas y Goddy se le declara a Hayde )

(Okay okay! Voy! Lamento la tardanza D:)