...sin rumbo (Claudine y Chris) (+18)

Pues no tengo! - dije mientras cogía la toalla y la camiseta de mi armario y volví al salón.

Me quedé mirando su cuerpo, y me dejó petrificada era muuuuy hermoso, sacudí la cabeza y con una sonrisa en mi cara le miré a los ojos.

Toma, aqui tienes! - le di las dos cosas para que las utilizara. Cogí su mano, que estaba muy caliente y le quité la camiseta humeda, y le dije. -Tengo un toallero-radiador, asique lo pondré alli, si funciona con las toallas, con las camisetas también no?

Reí.

-Supongo que sí, eso funcionará.

Me puse la camisa y me sentí algo extraño, aunque no estaba muy seguro de si esa era la palabra. La camisa tenía su perfume y por un momento me sentí abrazado por ella. ¡Qué estupidez!

-Gracias otra vez por todo, y por la camisa, me queda bastante bien.

La camisa era bastante larga pero quizá no del todo ancha que esperaba.

Me senté en el sofá sin esperar su invitación y me estiré en el todo lo que pude.

-Echaría otra cabezadita aquí, este sofá esta de muerte.

Golpeé el sofá a mi lado para que ella viniera a sentarse conmigo.

No me tienes que dar las gracias, además lo de la camisa lo hice para que no te fueras nada más terminar de desayunar.- dije mientras reia por la broma.

Mi sofá es super cómodo.- Con su ofrecimiento me dirigí velozmente y me lancé en un pequeño salto en el hueco que quedaba junto a él.

Como se estaba calentito y todavía quedaba un pelin de espacio subí una de mis piernas y me arrecosté un poco. Estaba genial ahi!

Claudine se acurrucó junto a mi y yo le pasé el brazo por encima para estar más cómodo.

-No me lo puedo creer-resoplé-, nunca pensé que mi vida fuera a tener este cambio tan radical. Pensaba que lo había perdido todo, es como si... este lugar me estuviera ayudando a reconstruir mis sueños.

Hubo un silencio, pero no de tensión sino de nostalgia. Los momentos que habíamos pasado las últimas horas han sido como si transcurrieran en días.

-Creo que he hablado demasiado de mí, debes de estar casada de la historia, la verdad es que no pensé nunca que un humano me comprendería-de repente me pasó algo por la cabeza-, Porque eres humana, ¿verdad?

Pasó su brazo por encima, y ya si que me sentía muy a gusto acurrucada, hasta cerré los ojos y todo.

Estaba escuchando su voz, y no queria interrumpirle.

Giré mi cara para mirarle directamente.- No estoy cansada de hablar de ti no te preocupes,- pero vino la pregunta del millón y esto tenía que ocurrir. Me incorporé para poder ver su reaccion mejor.

Chris, no soy humana,- solté - Bueno, soy algo más que humana,- rectifiqué y le miré directamente a los ojos, no sabía si queria seguir escuchando o no. Aunque no era nada malo para él.

Me quedé anonadado ante su contestación, esperaba alguna broma o algo así, pero esto no lo parecía. ¿Por qué no me había dicho nada? ¿De qué tenía miedo?

-Explícate-le dije y quizá sonó más brusco de lo que hubiera querido.

(OFF: Me voy a la cama, nos vemos mañana)

Sonó un poco brusco al decir "explicate" pero tenía que hacerlo.

La otra noche, me dijiste que olía diferente, bueno esa es una de las cosas que tengo, suele ser mi olor agradable a los demás. También tengo unas pequeñas habilidades, en las que los humanos y los vampiros, ehh no se como decirlo, me ven como algo precioso, valioso, fragil y no me pueden tocar si yo no se lo permito, por que se quedan atónitos conmigo. - hice una pequeña pausa.- no se si me he podido explicar bien. Bueno pues todas estas cualidades y muchas más que todavia no he descubierto en mí, es por que.....aunque no te lo creas.....soy.........- me acerqué lentamente hacia su oido solo con decirlo en alto me sonaba raro por lo que prefería decirselo al oido.

Nada más decirselo me aparté y puse una cara disculpa por no decirselo antes.

Me encogí cuando su piel fría entró en contacto con la mía, y un escalofrío me recorrió la espalda cuando ella me dijo su secreto.

Durante unos segundos me quedé en silencio con la vista fija en el suelo, ella pereció sonreír ante mi reacción estupefacta. Parecía un niño al que le acababan de decir que papa noël no existe. Al principio te cuesta creerlo pero cuando empiezas a pensar en los acontecimientos, todo coincide. Ella era algo especial, y yo lo sabía desde el principio... su olor, su aspecto, su cariño, era muy diferente a como lo sentí alguna vez con otras personas. ¿Pero hasta donde podía llegar su poder? ¿Me tendría hechizado? No, no puede ser...

-Entiendo que no lo puedas explicar bien, yo tampoco sabría como explicarlo pero... vas a tener que irme aclarando un poco el tema, me has dejado... no sé como reaccionar, nunca había escuchado algo así... la verdad, ahora mismo me preocupa que lo que yo sentía hacia ti sea algo...

Suspiré, no sabía como encontrar las palabras para decirle lo que sentía. Estaba un poco molesto con su revelación, quizá hubiera sido mejor que no me hubiera dicho nada. ¿Es que todos tiene la misma sensación con ella por su condición? ¿Me trataba como a los demás? ¿Qué más habilidades tendrá? ¿No me estará leyendo la mente ahora? Dios... una vez más me estoy volviendo loco.

Me quedé mirando a ver que reacción tenía y se quedó mirando el suelo como un niño pequeño, por lo que cuando le vi, me entro una risilla tonta entre nervio y por su expresión de la cara.

Pues que yo tengo esa habilidad que te comenté antes, la estuve practicando, controlando en Colorado todo este tiempo, solo sé por lo que me han enseñado que ocurren con humanos y vampiros, pero con el resto de especies no lo se. Yo soy como una persona normal, hago mi vida y la vivo a mi manera sin hacer daño a nadie y sin utilizar esas hablildades, solo en caso de algún peligro hacia mi, como que me fueran a atacar o demás lo tengo que utilizar, solo por supervivencia.
No se si me entiendes. - Me quedé con cara de lastima no queria que cambiara todo esto.- No quiero que cambies conmigo soy así, como me has visto todo estos dias. - No sabía si estaba convencido o no. pero le agarré de las manos y le miré a los ojos. - Se que es dificil saber lo que tienes que hacer, pero eso lo decides tu. . No quería que se fuera y me dejara ahi tirada solo por unas habilidades de tonteria. Habíamos creado un gran vinculo. No queria que se estropeara.

Parpadeé y suspiré para volver en mí. Estaba claro que su condición era misteriosa. Nunca había oído hablar sobre un ser así y eso me tenía algo desconcertado, supongo que sería cuestión de acostumbrarse.

La miré, muy serio. Y ella pareció evitarme la mirada, probablemente empezaba a incomodarla con la tensión de mi rostro.

No dije nada. Seguí mirándola intensamente. Ahora lo comprendía todo, quizá esa atracción que sentía tan extraña hacia ella se debiera a sus habilidades, ¿Sería todo esto una mentira? Tenía que averiguar hasta donde sería capaz de llegar.

Avancé hacia ella lentamente y ella notó como mi presencia se acercaba cada ves más, por un momento dudó. No sé si se trataba de miedo, de vergüenza o de cortesía pero de algo si estaba seguro, ella sabía perfectamente lo que iba a ocurrir.

Agarré su barbilla obligándola a girar su cara hacia mí. Cerré los ojos cuando nuestros rostros apenas estaban a unos centímetros de distancia. De pronto sentí sus labios, la había cogido por sorpresa.

Estabamos los dos callados, sentía la duda en su rostro y eso me daba pena, me gustaba nuestra relación y por mi condición todo se podía ir al garete, ya me había pasado otra vez, y por la misma causa. Yo no estaba haciendo nadaa!!! grite en mis adentros

Noté que me estaba mirando y aparte mi mirada de la suya por pura vergüenza que pudiera pensar que lo estaba engañando.

Note como su cuerpo se acercaba a mi, no sabía si era a modo desafiante o de que manera. Note como su mano hizo girar mi cara hacia la suya. El calor de su rostro cada vez se iba notando más hasta que nuestros labios hicieron contato y cerré los ojos.

Tenía los labios calidos y suaves, al principio no sabía como reaccionar, pero en seguida seguí el juego de sus labios, instintivamente subí uno de mis brazos y le acaricié su rostro.

Agradecí su respuesta y le acaricié el pelo con cariño. Ahora sobraban las palabras.

Mi respiración empezó a acelerarse y mi corazón palpitó con rapidez. Inspiré hondo y la contemplé, tendida a mi lado, con su esbelta figura recortada contra la suave luz de la mañana. Sonreí y me acerqué más a su cuerpo para besarla con ternura.

Su belleza me descontroló por completo y no pude evitarlo. Volví a besarla pero con mayor intensidad, con pasión. Acaricié su rostro e intenté recostarme sobre ella, para sentir su cuerpo. Ella jadeó, no estaba muy seguro de si lo hizo por placer o por que empleé demasiada fuerza, pero parecía que estaba dispuesta a dejarse llevar.

El calor se intensificó en nuestros cuerpos y nuestras respiraciones se agitaron.

Sentí como él me acariciaba el pelo, su tacto me hizo estremecerme me gustaba esa sensación.

Su respiración empezó a acelerarse, pero la mia iba a un ritmo practicamente al son de la suya. Tenia los ojos cerrados, pero los abrí para ver como me contemplaba y eso me ruborizó.

Sentí como su cuerpo rozaba el mio, y como me volvía a besar con más intensidad. Su cuerpo se posó sobre el mio y entre el calor y su pasión mi boca solto un pequeño jadeo.

Nuestras respiraciones cada vez se agitaban más y más y sentía como mi cuerpo quería unirse al suyo. Pasé mi mano por su pelo pero esta vez sin tanta delicadeza, y la otra empezó a subir desde sus caderas por su costado, me incliné un poco para poder desabrochar los tres botones atados de su camisa y poder rozar ese precioso torso que me dejó petrificada anteriormente.

La ayudé a quitarme la camisa. Sus dedos recorrieron suavemente el contorno de mi columna y un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Comencé a besarla desenfrenadamente y nuestras lenguas se entrelazaron.

Le acaricié el cuello con mis labios y la besé delicadamente, ella siguió jadeando. Acto seguido, mis manos levantaban su camisa mientras continuaba besándola. Cuando me deshice de ella, continué desnudándola; mi mano tanteó a ciegas y se introdujo a través de su pantalón, ella pareció convulsionarse.

Enseguida, apartó mi mano y me empujó hacia atrás. Se sentó sobre mi regazo y continuó besándome. Parecía que le gustaba jugar, así que me dejé llevar por ella, que acababa de tomar el control.

Su camisa cayó al suelo y tenia su torso totalmente desnudo, empece a recorrerlo con mis dedos para tocar su suave piel ardiente.

Empezó a besarme con el cuerpo y eso me desenfrenó por completo, casi estaba más caliente que él. Quería jugar un poco más con su cuerpo por lo que le di un pequeño empujón y me senté sobre él.

Comencé a pasar mis labios por su oreja, sacando un poco la punta de mi lengua, y agarré sus manos con mas mias y las presioné contra el sofá. Seguía descendiendo por su cuello, pero volví a sus labios carnosos para besarlos y darles pequeños mordiscos inocentes, junté un poco mi cuerpo con el suyo cuando estaba besandolo para sentirle más cerca de mi.

Solté sus manos y estas enseguida agarraron mi cintura y subian lentamente por mi espalda.

Un escalofrio me recorrió la espalda y seguí con mi camino desde donde lo había dejado, su cuello, mientras desabrochaba el boton de sus pantalones.

Deslicé mis dedos por su espalda y desabroché su sujetador, me deshice de él y no pude evitar besar sus pechos. Ella quiso darme otro beso juguetón, así que presioné su cuerpo contra el mío para sentir sus cálidos pechos en un abrazo. Una vez más, mis manos se deslizaron y aprisionaron sus nalgas, las cuales apreté contra mi cadera para sentirla mejor. Jadeamos al unísono y nuestros cuerpos comenzaron a temblar.

Me levanté del sofá descontrolado y la sujeté contra la pared. Sus piernas estaban a ambos lados de mi cadera y mis labios no dejaban de recorrer cada palmo de su cuerpo. Una vez más el control volvía a ser mío. Ella no dejaba de acariciarme y por un momento sentí sus dedos clavarse en mi espalda con intensidad, deseábamos fundirnos en uno.

Desabroché su pantalón mientras ella jugaba con el mío y ambos dejamos que éstos cayeran al suelo con minuciosos empujones. Agarré sus muñecas con una mano y la encadené contra la pared, con la otra mano acaricié y besé sus pechos jugueteando con la lengua. Ella no dejaba de jadear y eso me excitaba aún más. Volví a hacer otro intento y la distraje besándole el cuello mientras mi mano se introducía en el interior de su tanga.

Mientras besaba mis pechos me excitaba cada vez, hasta tenía ganas de gemir, pero me controle lanzandome hacia sus labios para volver a besarlo.

Me apoyó contra la pared y eso terminó con el poco autocontrol que me quedaba. Me encantaba que llevara el control y que lo llevara con poca dulcura. Rodeé su cadera con mis piernas para sentir su entrepierna con la mia. Quería tocar todo su cuerpo,

Nuestras pantalones cayeron en el suelo y mis muñecas estaban aprisionadas, el roce de su lengua hizo que volviera jadear y gemir. Pero esto llegó con más intensidad cuando su mano llego hasta el interior de mi tanga.

No podía más, quería sentirlo en mi, acerqué mis labios a su oreja y le susure en un pequeño gemido. - Te quiero en mi.- Esto le volvió completamente loco ya que con su mano hizo desaparecer mi tanga sin ni siquiera sentirlo bajar, me lo había arrancado y su ropa interior en un par de segundos también desapareció.

Sus palabras hicieron mella en mí. Me apreté contra su cuerpo y sus piernas volvieron a rodearme. Gemí con intensidad y la rodeé con mis brazos.

El temblor de nuestros cuerpos era incontrolable, ya no había marcha atrás. Estábamos completamente desnudos y yo había cumplido su deseo.

Me arañó la espalda descontrolada, y despertó en mí al lobo que llevo dentro. Sin darme cuenta aumenté mi fuerza y agilicé mis movimientos sin control, ella pareció volverse loca y estalló en un grito de placer.

El tiempo parecía haberse detenido para nosotros, nuestros pensamientos y cuerpos se habían entrelazado y nada hubiera podido separarnos en ese momento.

Entonces, casi estuvimos a punto de caer al suelo, sus caderas se descontrolaron y agitaron convulsionándose y eso fue suficiente para hacerme estallar inevitablemente.

Cuando estuvo dentro de mi, mi cuerpo experimentó una mezcla de sensaciones magnificas, hizo que mi cuerpo diera un pequeño respingo pero continuó con el baile de caderas lo que hizo le agarrara la espalda con todas mis fuerzas, hasta llegaar al punto de arañarle.

El movimiento se hizo más intenso e hizo que estallara todo mi frenesí. Y empezaran a salir pequeños destellos de mi rostro y mi cuerpo.

Él no se percató que todos mis sentidos y mis habilidades se habian desatado. No podría verlo y con él no funcionaba? o estaba tan empleado que no lo vio? pero enseguida otro empujón de sus caderas me hizo ver el cielo ly estallar de placer con una gran gemido!

Le agarre con mis dos manos su rostro y le acerqué hasta el mio y por su expresión algo cambió , me podía ver?pero nos sumamos en un gran beso.

De repente, vi un resplandor que emanaba de su cuerpo, alcé la vista y descubrí una belleza inimaginable. Ella me besó y un extraña sensación me recorrió el cuerpo.

Sentí que tenía lo más preciado de mi vida entre mis brazos y que debía protegerla para el resto de mi existencia. Era la señal que estaba buscando para seguir dándole importancia a esta vida que ya daba por perdida.

-Claudine, ¿Qué ocurre?-dije en susurros aún con la respiración acelerada.

Nada, no te preocupes, con el extasis y todo, he perdido el control de mi cuerpo en todos los sentidos y se a desatado mi pequeño secreto. Pero no me mires me da vergüenza. - dije con voz de niña caprichos y dulce. - En cuanto me calme un poco lo controlaré y desaparecera.

Abrazame por favor! - supliqué en su oido quería seguir sintiendo su calor. Y él por su puesto lo hizo, y pasó su mano por mi pelo de nuevo.

La abracé con ternura y acaricié su pelo, apartándolo para dejar al descubierto sus hermosos labios que rocé con los míos una vez más.

-¿Sabes qué? Me apetecería estar así todo el día, contigo... abrazándote, mirándote... ¿Esta reacción la causas en todos?-pregunté con curiosidad.

No quería tampoco meterme demasiado en su vida, estaba claro que esto había sido bastante importante para mí, pero una chica así... probablemente tuviera más...

Ante su pregunta me eché las manos a la cara, iba avergonzarme por lo que iba a decir.

Bueno....eh. No, Chris, solo he estado con un chico en toda mi vida, hasta llegar a este momento de relaciónes sexuales y fue de más jovencita y solo me ocurría. - los destellos me refería. - Cuando estaba enfadada o demasiado alegre, en casos muy extremos, he tenido lios y todas esas cosas pero no he llegado a tanto.

Por eso me fui a un monasterio de las montañas de Colorado, para poder controlar mis habilidades. - dije de forma aclaratoria.

Asi que eres el primero con el que me ha ocurrido.- Aparté un poco mis manos para ver por una rendija pequeña que había dejado entre ellos la cara de mi lobito.

(off: me marcho a la cama, asiqe mañana cuando tenga tiempo contesto vale?? descansa un besito!)

Su revelación me cogió por sorpresa, aunque en el fondo esperaba que esto también hubiera sido especial para ella.

Volví a rozar la comisura de sus labios y los presioné con deseo. No podía resistirme, era tan bonita, tan especial.

-Con esa habilidad tuya no voy a poder parar-sonreí-, vas a tener que pararme de algún modo... Y créeme no es bueno cabrear a un lobo.

La seguí besando y la empujé con delicadeza hasta tumbarla sobre su cama, su brillo, era aún más hermoso en la oscuridad. Su sonrisa no dejaba de poseerme.

Me besó y poco a poco me fue dirigiendo hacia la cama, me dio un pequeño empujon para tumbarme en ella. Le sonreí, ya no me importaba que me viera con esos destellos que salían de mi.

Pues no pares.- dije. Pasé un poco de mi lengua sobre mi labio inferior, y me mordí el labio y con el dedo le hice un gento para que se acercara y añadí. - Ven aqui lobito!.

Él se quedó mirando y ante esto se acercó. Tiré de él para que llegara antes junto a mi y lo besé apasionadamente, llevando mi mano a su pecho para notar los latidos de su corazón.