Silencio de madrugada (libre)

Estaba sentado en un banco, meditabundo. Estaba esperando a que pasase cierta persona, pero no tuvo lugar. Otra vez lo había perdido. Eran las cuatro y media, lo que quería decir que amanecería en un par de horas y, para entonces, yo tendría que estar más que metido en mi ataúd.

Pasó una chia preciosa y no pude evitar quedarme mirándola al pasar, tanto tiempo esperando al final hacía que me distrajese con cualquier cosa. iba sola a altas horas lo que no era para nada recomendable en un lugar como este, donde habitan criaturas como yo, algunas sin fundamento ni compasión. No sentía buenas vibraciones, la chica no estaba de buen humor.