Buscando rastro alguno (Libre)

Levantó la cabeza ante su gesto, y se paró en puntas a unos centímetros del rostro del muchacho. Tomó una bocanada de aire y la soltó, lentamente intentando ganar cordura y calma, y no echarse en sus brazos abrazándolo. Cerró de a poco los ojos, acercándose un poco más y solo a un centímetro de su rostro, de seguro la rechazaría, ella no era nada llamativa, no se maquillaba y no usaba ropajes cortos ni nada de eso, dudaba que alguien se fijara en ella alguna vez.

Todo iba perfecto ya la tenía, su plan estaba marchando según el había previsto en tan poco tiempo. No le importaba hacerle daño a la chica, jugar con sus sentimientos, vivía de aquello y lo hacía de lujo.

Acercó sus labios a los de ella con extrema tranquilidad, rozándolos lenta y placenteramente, con una sonrisa para nada tranquilizante, invisible para ella dado que había cerrado los ojos. Llevó sus firmes manos por detrás de ella, acabando en su espalda, abrazándola con libertad absoluta, atrayéndola más a él y a sus labios.

Sintió como sus labios rozaban los de ella, entonces afirmó sus manos a su nuca, retorciendo uno de sus cortos cabellos. Dió un rápido paso hasta estar apoyada contra el y se deshizo de la distancia entre sus labios, dándole un tierno beso sin detenerse a pesar de algunas respiraciones agitadas de Hayde, pronto paró de respirar.

Era todo casi como un sueño, no se detuvo, era todo tan perfecto.

_Amor , maldito amor. - Pensó, soltando un suspiro.

El chico mientras siente aquel tranquilo y delicioso beso sigue desarrollando las ideas en su mente, infantilmente tarareando para sus adentros un "We're the champions". La noche le estaba saliendo redonda, había podido tomar de un cuerpo vampírico en descomposición y se sentía más vivo que nunca. Y para rematar la noche había conseguido un premio para su mansión y un ataque vampírico en cuestión de días si lo montaba todo bien.

_Ahora sí te acompañaré. - Dijo ya despegando sus labios con una sonrisa y pegando su frente a la de el. Lo abrazó, aun frente con frente con una sonrisa rebosante de alegría. - Tu dime donde y allí estaré. - Agregó alzando un poco el mentón para besar de nuevo sus labios como si fueran una típica pareja de la época.

- Mi mansión, a las afueras de Baton Rouge, lejos de estos dos pueblos tan... tranquilos.- le dijo él con tranquilidad, fulminándola con una mirada intensa y azul después de que sus labios volvieran a separarse intermitentemente. - Prometo darte toda mi sangre si es que la necesitas.- mintió con total descaro y tranquilidad, la iba a tratar como a una reina si, pero en realidad estaría capturada y a punto de morir en sus manos.

Negó con la cabeza, aun sonriendo y sacudiendo ligeramente sus cabellos chocolate.
_No necesito tu sangre, solo iré con una condición. - Enarcó lentamente una ceja aun sonriendo, luego soltó una risa. - Que tu no te vayas, aunque haga los peores desastres, no te vayas, y debes jurarlo. - Rozó su mentón con los labios y nuevamente le sonrió.

Asiente lentamente, con su rostro completamente serio y apaciguado ante la fría condición de la noche. Cuando escuchó aquella condición incluso llegó a pensar que la ingenua chica sabía sobre él, cosa que sería algo difícil ya que ninguno de los chupasangres tenía conexión a la televisión de su Iglesia, estaba cercionado de ello.

- Lo prometo.- dijo él asintiendo mientras sentía cómo ella besaba su mentón.

_Entonces si. - Dijo, separando poco a poco el abrazo y tomando su mano con algo de timidez. - ¿Cuando? No me dirás que... - Vió su expresión con atención y se sorprendió. - ¿Hoy? - Dijo igual de sorprendida, moviendo su mano estrechada a la de el, colgando y balanceándose.

- Si te ves preparada para venir hoy entonces hoy, si no, podemos esperar un par de días.- dijo él con extrema soltura, sintiendo la frialdad de las manos de ella ante su condición de chupasangre. Apretó con fuerza la mano de ella, en un gesto tierno. - Tú decides.- le dijo finalmente, mientras despues de haber observado de nuevo el lago clavaba su mirada en ella de nuevo.

_Si tu estas listo yo también. - Le guiñó un ojo caminando lentamente hacia adelante, sin un rumbo fijo. Al ver una raya de sol asomarse, no faltaba para el amanecer. Tiró un poco de su brazo, acercándose a su oreja y susurrando. - ¿Podemos apurarnos? - Preguntó, aún con la cabeza apoyada en su hombro y apurando mucho más el paso.

-Claro.- le dijo él mientras caminaba junto a ella de vuelta a su casa.